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Virginia Albiol

No se diferencian
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No se diferencian (Foto: ©HinduBussines)

Aquellos diamantes sintéticos…

Virginia Albiol Perito Judicial en JoyasGemologa especializada en diamantes

viernes 17 de junio de 2022, 20:01h

Desde la más remota antigüedad, el diamante ha sido imitado con otras piedras de origen natural: Zirconio, vidrios, cuarzos hialinos, fácilmente identificables a la simple vista de un experto.

Una mañana de finales de los años 90 los faxes de los laboratorios gemológicos más importantes de España empezaron a escupir hojas y hojas donde las palabras que predominaban en grandes mayúsculas eran ¡URGENTE!, ¡AVISO!, ¡IMPORTANTE!.
El porqué de tanta inquietud no era otro que había hecho su aparición la mejor imitación de diamante hasta la fecha, LA MOISSANITA SINTÉTICA en realidad una síntesis de Carburo de Silicio.
Y lo que era más inquietante: Los lápices de diamante basados en la conductividad térmica con los que se podían detectar las falsificaciones hasta entonces y que eran la herramienta más habitual en el sector joyero, NO DETECTABAN LA DIFERENCIA. El relato de lo que sucedió hasta la aparición del nuevo lápiz con el que, si podía distinguir dicha piedra sintética, lo dejo a su imaginación….
Pero vayamos un poco atrás en la historia de las imitaciones de los diamantes, la gema reina por excelencia.
Desde la más remota antigüedad, el diamante ha sido imitado con otras piedras de origen natural: Zirconio, vidrios, cuarzos hialinos, fácilmente identificables a la simple vista de un experto.
Los primeros diamantes sintéticos fueron fabricados por General Electric en diciembre de 1954. Unos años más tarde, otras compañías como Sumitomo introducen diamantes mayores de color amarillento. Estos son utilizados a nivel industrial sin generar mayor preocupación en la comercialización del diamante como joya.
A final de los años 70 nos encontramos con lo que desde entonces y hasta la fecha es la imitación más habitual del diamante, el Óxido de Zirconio cúbico, lo que la mayoría de ustedes conocen como Circonita. Una imitación del diamante, no medible con el refractómetro, pero si con el lápiz de diamante por su baja conductividad térmica. En la actualidad masivamente utilizada en bisutería.
La palabra Diamante viene del griego Adámas, y significa invencible e inalterable. Es un mineral natural poco común y con alta dureza, formado por carbono. En ellos un átomo de carbono se une por enlaces covalentes a cuatro átomos de carbono. Esta simple, uniforme pero fuerte disposición le confiere características de durabilidad y versatilidad.
Su composición la convierte en el material más duro conocido, químicamente resistente, con una gran conductividad térmica. Las propiedades ópticas del diamante incluyen elevado índice de refracción, alta dispersión y brillo, lo que le otorgan el título de piedra preciosa más conocida en el planeta.
Esa gran conductividad térmica que he subrayado es la que volviendo al inicio del artículo comparten la moissanita sintética y el diamante.
Hay que decir, que en los laboratorios gemológicos de la época además de lápices de diamante, se utilizaban ya diversos instrumentos gemológicos que les hacía distinguir sin problema moissanita y diamante. Esta piedra sintética nos acompaña hasta la fecha, aunque afortunadamente los lápices de diamantes para descarte inmediato ya poseen un detector de moissanita sintética.
Ahora solo queda esperar que una mañana no se llene el WhatsApp, Instagram, Facebook o LinkedIn con palabras como ¡Aviso!, ¡Importante!, ¡Alerta!…. ¿O quizás ya ha sucedido?

Virginia Albiol es Perito Judicial en Joyas y Gemologa especializada en diamantes

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