REDACCIÓN. Según informa la ERTZANZA, desde el pasado 4 de agosto y en el marco de la Operación Hartza, un vecino de Arrasate está siendo investigado como autor de una serie de daños en la Cueva de Lezetxiki, declarada Bien Cultural de Protección Especial (BCPE), con la categoría de Zona Arqueológica.
La investigación se inició en febrero de este año cuando arqueólogos del Servicio de Patrimonio Histórico-Artístico y Archivos del Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzcoa constataron que la cueva había sufrido diversos daños los daños, entre los que se destacan pintadas y grafitos , la rotura de la valla perimetral que protege la cueva y se había procedido a realizar catas clandestinas para desenterrar posibles restos arqueológicos.
Como resultado de esta investigación, los agentes de la policía vasca descubrieron que un desconocido, equipado con material de espeleología había accedido al interior de la cueva sin permiso de la Diputación y había permanecido en su interior durante varias horas. Esta persona, un vecino de Arrasate, está acusado de un presunto delito de daños contra el patrimonio histórico y expolio arqueológico.
la cueva de Lezetxiki, es un referente de la época neandertal en la península. Con una antigüedad aproximada de 164.000 años , han sido descubiertos los restos óseo humanos más antiguo del registro paleoantropológico español (un húmero de una mujer Homo Heidelbergensis) y dos piezas dentales de origen neandertal.
Una vez finalizadas las pesquisas policiales, el caso fue remitido a la Fiscalía Delegada de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico de la Fiscalía Provincial de Gipuzkoa.
La Diputación de Gipuzkoa interpuso la pertinente denuncia por daños contra el patrimonio histórico y expolio arqueológico. La investigación fue asumida por la Sección Central de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico de la Ertzaintza (S.C.D.M.A.).
Los delitos de daños contra el Patrimonio Histórico están recogidos en el artículo 323 del Código Penal, que castiga los daños o el expolio de bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos, terrestres o subacuáticos, y contemplan la pena de prisión de seis meses a tres años o multa de doce a veinticuatro meses.
Además, el acceso no autorizado a cualquier yacimiento arqueológico, las intervenciones arqueológicas sin autorización de la Diputación Foral o el uso de detectores de metales en zonas arqueológicas pueden ser constitutivos de infracciones administrativas contra la Ley de Patrimonio Cultural Vasco, que recoge multas para sus autores de hasta 100.000 euros en los supuestos leves, hasta 250.000 euros en los graves y de hasta 1.000.000 de euros en los muy graves.
La Ertzaintza recuerda que ante el hallazgo casual de restos arqueológicos se debe informar inmediatamente a la Diputación Foral o al Ayuntamiento correspondiente para que procedan a la recogida de los vestigios con metodología arqueológica.
"Las denominadas catas clandestinas, realizadas por furtivos para desenterrar huesos de oso, bóvidos, humanos, etc., de gran valor paleontológico, destruyen el contexto arqueológico en el que se encuentran los restos arqueológicos, ocasionando una pérdida irreversible de información histórica.”