REDACCIÓN. El pasado 21 de agosto, falleció en Nueva York, el artista y falsificador Alfredo Martínez a los 56 años por diabetes.
La personalidad y el arte de Martínez, fascinaron en Nueva York, donde sus obras sobre armas tenía muchos seguidores. Actualmente una de ellas, se encuentra en el Museo de Arte Moderno (MoMa).
En 2002 el FBI detuvo a Martínez por haber intentado vender 17 pinturas falsificadas de Basquiat basadas en pinturas reales y, como resultado, fue condenado a 27 meses de prisión. Mucho más tarde afirmó que también había falsificado obras de Keith Haring.
En 2021, explicó los motivos para falsificar el trabajo de Basquiat: “Mi opinión personal es que quizás Basquiat estaba haciendo bromeando, porque sus primeros trabajos eran más dibujos animados, entonces su idea era copiar a Picasso, que estaba copiando el arte negro de África”.
En el momento de su detención, Martínez ya se había ganado una reputación pintando lo que realmente le dio fama: Armas.
Cuando tenía 20 años, Martínez comenzó a producir sus falsificaciones. Alrededor de 1989, sintiendo que ya no era rentable, se mudó a Bruselas y se convirtió en traficante de armas. 1993 regresó a EE.UU y se dedicó plenamente al arte.
Mientras estuvo en prisión, Martínez continúo pintando, incluso hizo dos veces huelgas de hambre cuando los guardias se negaron a permitirle hacerlo, ya que el arte no estaba permitido legalmente en las prisiones de Nueva York en ese momento. Utilizando posos de café, bolígrafo, lápiz y trozos de papel triturados, creó imágenes de armas, que luego eran contrabandeadas, vendidas y exhibidas en galerías.
Durante los años 90 y 2000, Martínez hizo exposiciones en Nueva York y fue curador de exposiciones en galerías. Fue incluido en la exposición “Generación Z” del Centro de Arte Contemporáneo PS1 de 1999.
Se sospecha que esta actividad como curador pudiese estar relacionada directa o indirectamente con el escándalo del Museo de Arte de Orlando y su exposición de 25 Basquiat falsos que fueron requisados por el FBI en agosto de 2022.
En 2022, organizó una exposición de obras atribuidas a Anna Delvey, que ha estafado a miembros del mundo del arte y está cumpliendo una pena de prisión.
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