pecadosdelarte.com

JUAN-CARLOS ARIAS

El Detective de Arte en España

domingo 25 de febrero de 2024, 00:33h

Hay demasiados estereotipos sobre el Detective Privado. Mayoría en contexto del cine o la literatura. Debe decirse que provienen esos tópicos del molde angloparlante en el que este profesional es un grado policial sin uniforme, o bien cesó como servidor público para usar su talento y olfato para clientes particulares (private investigator). Ese último estatus es el que se asimila al detective terrenal español.

Y en la piel de toro Andreu Martín, Juan Madrid o el inolvidable Manuel Vázquez Montalbán describen a ese Detective de ficción, que no conoce al de carne y hueso, como un trasgresor ermitaño en busca de la verdad en una sociedad posfranquista que ansiaba libertades y democracia tras liberalizarse nuestras relaciones sociales.

La realidad -no obstante- es cruda, nutritiva. La utilidad social del detective privado patrio se corrobora por la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ciertas sentencias del Constitucional y bastantes pronunciamientos de la Audiencia Nacional. Se concluye en tan altas instancias judiciales que el detective opera con certezas y pruebas por su imperativa condición de testigo privilegiado. Trabajar para clientes particulares, inclusive para organismos públicos, no obvia la obligación de ser neutral, proporcionado, objetivo y debe considerar en sus informes lo que pueda favorecer como lo susceptible de causar perjuicio a cualquiera de las partes que aparezcan en su trabajo investigador.

Quien suscribe, tras 40 años de oficio detectivesco, no disimula sus filias personales al cosmos del arte y la belleza de obras maestras. Las heredó de un padre policía que llegó a Comisario-Jefe tras inventariar y tasar tesoros artísticos, destapar tramas de falsificadores de clásicos españoles.

Pero vayamos al grano. La relevancia y operativa rentable del detective al mundo del Arte con mayúsculas podemos segmentarla en varios apartados para hacer asequible su comprensión y alejar los tópicos que siempre persiguen al detective privado:

  • TRASGRESIONES CONTRACTUALES: Documentar y probar vulneración de exclusivas entre pintor y galeristas, impago o fraudes no previstos en contrato.
  • LOCALIZACIONES: Búsqueda y ubicación de artistas, obras, testigos, herederos, acreedores, clientes, deudores para plasmar pactos, pagar o cobrar cuantías o notificar acciones legales. Localización de partidas de nacimiento, boda-divorcio y defunción
  • REPOSESIONES E INFORMES DE SOLVENCIA: Recuperación de activos artísticos bajo Informe testifical. Localización y valoración de bienes muebles, inmuebles, autos, joyas y obras para inventario, tasación o ejercitar acciones legales para trabar bienes vía embargo.
  • TRAZABILIDAD DE OBRAS: Comprobación y verificación documental cronológica sobre obras, análisis grafológicos, de tinta, papel y rúbricas sobre activos artísticos.
  • FRAUDE AL SEGURO: Búsqueda y localización de obras con cobertura de póliza, reconstrucción de siniestros (incendio, accidentes y presuntos hurtos y/o robos) e informes sobre beneficiarios y potenciales actores de irregularidades en el proceso indemnizatorio. Informes sobre asegurados.
  • DOSSIERS INTEGRALES: Informes sobre marchantes, artistas, copistas, galeristas, empleados y asesores de museos y/o coleccionistas legitimados por ser víctimas de prácticas trasgresoras o corruptas, irregularidades e incidencias que causen perjuicios tangibles. Estas investigaciones incluyen por lo general datos personales, patrimoniales, societarios y operativa trasparentada desde bases de datos públicas y de fuentes (humanas, testificales, internet, redes sociales y OSINT-Inteligencia de puertas abiertas).
  • CONTRAPERICIALES: Rebatir dictámenes y tasaciones privadas mendaces, parciales o que faltan a la verdad por incompatibilidad de funcionarios (Ley 53/84, RDL 598/85), por lo general Catedráticos o docentes universitarios, Conservadores de Museos, Técnicos de la Administración Pública. También, sobre supuestos estudios académicos de colaboradores de subastadores de arte, museos y coleccionistas.
  • INVENTARIOS Y VALORACIONES: Registro, ilustración y detalles de obras y colecciones. Tasación sobre parámetros de mercado de activos artísticos, para procesos de divorcio, herencias, particiones, compra-ventas, pignoraciones, embargos y/o demandas judiciales.

Llegados a este punto muchos ojos lectores considerarían inimaginables el papel y utilidad del detective en el cosmos del arte. Pero la realidad, una vez más, supera a la ficción a que nos acostumbran sobre los detectives privados en las páginas de novelas o pantallas del cine.

Es obvio que contratar un detective entraña una inversión por lo poco que cuesta saber o documentar lo que se oculta o se artificia en pro del engaño o el fraude. Raymond Chandler en El largo adiós acuñaba al detective como alguien ‘que va por las calles canallescas sin ser un canalla’. INTERPOL y la UNESCO coinciden que un 40% del mercado del arte se mueve con obras no originales, es decir, con fake art (arte falso).

Los nuevos retos inversores alcanzan la compra virtual de obras con NFTs (non fungible tokens). Comúnmente se pagan con criptomonedas que se mueven desde paraísos fiscales o países no adheridos a pactos trasnacionales o tratados de extradición. O bien adquieren parte de lienzos depositados en ‘puertos francos’ de off-shores (territorios libres de impuestos). No pueden resistirse ante el inherente catálogo de ciber-fraude que irrumpe tras estas ofertas que vacían los bolsillos de la buena fe inversora.

Al empeño, llamémosle convencional, que se asocia al detective o se detalla aquí surge nuevas oportunidades de ayudas a víctimas de engaños que se ofician en nombre de nuevas tecnologías, internet, redes sociales, plataformas de pago, blockchain, que operan los ’malos’, para entendernos. El detective en estos casos es una herramienta más que rentable. Repetimos, cuesta muy poco para lo que ahorra, localiza o recupera.

Por favor, quítense las gafas que nublan con lugares comunes al detective como personaje de ficción. La realidad del siglo XXI nos presenta e invita al investigador privado que se actualiza en el cosmos del ciberespacio, que irrumpe exclusivamente para ayudar a sus clientes. Los que tienen mucho que ganar.

Juan Carlos Arias es Detective Privado y Escritor

Con Licencia de Detective nº 249

Dirige la Agencia ADASPAIN

autor de "EL FALSIFICADOR DE FRANCO"

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios