REDACCIÓN. Un nuevo caso de dejadez institucional pone en riesgo otro Bien de Interés Cultural en España, declarado en 1997 y que desde hace años está sufriendo un degradación constante que implica el riesgo de derrumbe con el consiguiente peligro para el visitante.
De nuevo un caso de pasarse la pelota para no asumir responsabilidades y no acometer los pasos necesarios
La asociación SEPTEM NOSTRA denuncia en el FARO de CEUTA esta situación que falta de conservación ya que por lo visto no hay un responsable oficial que se haga o quiera hacerse cargo de ello.
Por un lado y al tratarse de una fortificación militar deberia ser el Ministerio de Defensa quien se debiera hacerse cargo de su mantenimiento. Por otro, al estar en una playa la responsabilidad atañe a la Dirección de Costas.
La cuestión es que en 2021 ya se produjo un derrumbe . A raíz de ese incidente, la Ciudad comunicó a ambas entidades lo acaecido. La zona presenta un estado general de dejadez en el sendero que sube hasta las puertas de acceso al Castillo del Desnarigado, en el que la Comandancia ha colocado alambres con espinos justo al lado de la zona de tránsito peatonal.
Desde dirección de Fomento de la Ciudad Autónoma se trasladaron a ambas administraciones esta reclamación y actualmente realizan estudios para determinar quién debe dar respuesta.
La redacción de dicho plan es una de las obligaciones que impone la ley al Ayuntamiento cuando se declara un patrimonio y más teniendo categoría de BIC, con independencia de que la legislación marque que el mantenimiento y conservación de estos bienes declarados de interés cultural correspondan al propietario
Desde Septem Nostra estiman oportuno que el Ministerio de Cultura sea el que ponga las cartas sobre la mesa y actúe ante el atraso del plan de recuperación por la falta de un responsable definitivo.
La fortificación recibió la categoría de Bien de Interés Cultural en el año 1997. Conocida popularmente como las murallas de la Cala del Desnarigado, el conjunto defensivo se construyó a finales del siglo XVII para salvaguardar esta zona al ser considerada en la época un punto vulnerable de la ciudad.
Las murallas y la torrecilla, nombre oficial con el que aparece registrado, es parte del cerco militar que impuso a la ciudad el sultán Muley Ismaíl. Ceuta permaneció durante 33 años asediada por orden del monarca, un sitio que comenzó en 1694.