REDACCIÓN. Según informa el PERIODICO la investigadora Giulia Uccheddu, del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IPNA-CSIC). Esta llevando a cabo un informe titulado , Explorando la igualdad de género en la arqueología española. Su investigación, todavía en curso y supervisada por Eva Parga, también del IPNA-CSIC, ha revelado que, de las 267 arqueólogas que han respondido a su encuesta, el 33% ha sufrido acoso sexual y destaca que las respuestas muestran que gran parte de esas mujeres han sido víctimas de violencia verbal (43%) y psicológica (36%).
Este informe se sumaría al titulado Informe de Acoso Sexual en Arqueología publicado en 2020 por María Coto-Sarmiento, Lara Delgado Anés, Lourdes López Martínez, Jesús Martín Alonso, Ana Pastor Pérez, Apen Ruíz Martínez y María Yubero Gómez,
Un estudio impactante
Para la elaboración de este trabajo (adjunto) , encuestaron a 358 participantes, 326 de ellos españoles. Se eliminaron cinco de esos participantes "por sospecha". Las mujeres que respondieron, una amplia mayoría de 227, certificaron la prevalencia del acoso sexual en el sector de la arqueología.
Un 51,1% de ellas confirmó haber sufrido alguna vez algún tipo de acoso sexual durante su carrera arqueológica, ya fuese como estudiante, trabajadora, investigadora o docente. El género de la persona que acosaba era en un 89,86% de los casos masculino. En casi 9 de cada 10 casos, no hubo consecuencias.
María Coto-Sarmiento , declaraba: "Hasta la fecha no ha habido ninguna noticia que ponga nombres y apellidos a los acosadores y depredadores sexuales de la arqueología española", incide. "Imaginémonos cómo actuarán las estructuras de poder y de protección por parte de los distintos entes académicos... No hay mecanismos que permitan identificar a los agresores".
Por su parte Ana Pastor Pérez, afirma “en nuestro campo [ la arqueología] hemos podido llegar a ese porcentaje, al del 51,1% de las mujeres que han sido víctimas de este tipo de discriminación”.
Un nuevo informe
Parece que similares resultados han obtenido las investigadoras Giulia Uccheddu y Eva Parga, en este nuevo informe todavía inconcluso.
Según Uccheddu “en las entrevistas, cuando las respuestas eran abiertas, hemos detectado un patrón de respuestas que va más hacia acoso visual y verbal en el trabajo y después del trabajo de campo. La relación de poder tiene una importancia bastante impactante en estas dinámicas de acoso, lo que provoca una normalización del acoso en sí"
Parga destaca que están "escuchando que en determinados contextos existen ciertas dinámicas de acoso sexual, pero las propias víctimas tampoco lo están denunciando abiertamente porque a lo mejor no quieren ser identificadas", por el temor a las consecuencias negativas a las que podrían enfrentarse las víctimas.
Relaciones de poder y trabajo de campo
Eva Parga, socióloga que supervisa la investigación de Giulia Uccheddu aclara que existen unas las dinámicas asociadas al trabajo de campo en las excavaciones arqueológicas, como "la convivencia durante 24 horas al día, en una situación en la que se comparten muchos momentos, tanto dentro del entorno laboral como de fuera del mismo parece que favorecen determinados tipos de comportamientos de los que el propio sector está empezando a tomar conciencia como discriminación o acoso".
Precariedad y abandono de la profesión
La arqueología destaca también frente a otros por ser un sector con altas tasas de abandono femenino, principalmente por asuntos relacionados con la conciliación. El 96% del total de las personas encuestadas por Occheddu (413) aseguran que existen dificultades para compaginar familia y trabajo.
La autora del estudio destaca que "es bastante llamativo el porcentaje de mujeres eligen no tener hijos por esperar a llegar a una estabilidad laboral, a la que es difícil llegar en esta profesión. Se retrasa la maternidad o se descarta, pero la mayoría destaca la imposibilidad de conciliar la vida laboral con la personal, lo que les lleva a abandonar su carrera".
El único caso conocido de acoso sexual en el ámbito de la arqueología y que trascendió a los medios de comunicación fue el del yacimiento romano de Bílbilis en Calatayud (Zaragoza).
En 2017, la Universidad de Zaragoza comenzó a estudiar estos posibles abusos sexuales por parte de un profesor a alumnas de los primeros cursos de la carrera de Arqueología mientras llevaban a cabo sus labores en la excavación.
Según declararon algunas en aquel entonces, "era un secreto a voces", aunque prefirieron no identificarse y el nombre del docente no se publicó.
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