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GUSTAVO PERINO

La Luz UV aporta una primera realidad. La antigüedad de las capas pictóricas
La Luz UV aporta una primera realidad. La antigüedad de las capas pictóricas (Foto: © Givoa Art Consulting)

El informe pericial independiente como protección legal para fundaciones y asociaciones de artistas

La profesión pericial de arte en Argentina y Brasil

domingo 23 de junio de 2024, 10:00h

A lo largo de los años, el paradigma relacionado con el peritaje de arte ha ido cambiando. Históricamente, el peritaje de arte ha sido noticia en relación con las obras de arte falsificadas. Esta asociación, aunque no es incorrecta, resulta insuficiente en la actualidad. Quisiera abordar el gran potencial que tiene el perito de arte para ayudar a asociaciones, fundaciones de arte y familias de artistas. Es importante aclarar que poseer derechos de autor no implica que esa persona o asociación sea competente para certificar. De hecho, existe jurisprudencia internacional suficiente que apoya tanto un peritaje independiente como un juicio de una asociación, siempre y cuando ambos demuestren investigación y sean considerados un peritaje en arte metodológico y con comprobación técnico-científica.

En este sentido, una publicación de la perita Sharon Hecker habla sobre la sentencia del Tribunal de Milán en el caso de Joseph Albers:

"¿Es una obra de arte sin un certificado de autenticidad necesariamente una falsificación? En el caso de una pintura atribuida a Josef Albers, el Tribunal de Apelación de Milán dijo que no. Esta es la primera vez que un tribunal italiano reconoce la importancia de proporcionar pruebas para fundamentar una opinión sobre la atribución o autenticidad de una obra de arte. Estas pruebas pueden incluir una sólida documentación histórico-artística y análisis científico de materiales. El tribunal declaró que esto es válido independientemente de que la opinión sea emitida por una fundación, un heredero o un perito académico independiente. En otras palabras, desde el punto de vista jurídico, la diligencia debida superficial ya no es suficiente."

A lo largo de los años, el hecho de que no haya un estándar para la diligencia debida ha creado batallas entre especialistas. Además, el Tribunal de Apelación concluyó que la fundación ejercía un monopolio sobre los pareceres y certificados de autenticidad. El Tribunal consideró que hay un conflicto de intereses en este caso, pues la fundación ejerce poder excesivo mediante su autoridad exclusiva para emitir certificados y su capacidad de incluir o excluir la obra de su catálogo razonado. La Corte consideró que, como resultado, el poder de la fundación puede afectar negativamente el valor de mercado de la obra (Hecker 2022).

Actualmente, la mayoría de las asociaciones no tienen un perito de arte en sus equipos, pero esto está cambiando, ya que estas instituciones ven al perito de arte como una salvaguarda para su trabajo y no como una amenaza. En muchos casos, el perito no necesita pertenecer a la asociación, sino que puede ser contratado directamente por el cliente por recomendación de la fundación o la familia. Parte de mi trabajo en Givoa, es trabajar permanentemente con diversos comités y herederos ofreciendo servicios independientes de comprobación de autenticidad antes de emitir una certificación. Algunos ejemplos de esos trabajos son las pericias realizadas a pedido del Proyecto Sergio Camargo, Emiliano Di Cavalcanti y Oswaldo Goeldi.

Como ejemplo personal, hace cuatro años, recibí de un cliente en Estados Unidos la solicitud de un peritaje en tres obras del famoso artista Argentino Leon Ferrari. La fundación, consciente de sus limitaciones y en ausencia de documentación vinculante y por falta de registros internos, rechazó la certificación con el argumento de que, si se presentaba un peritaje confirmando la autenticidad, la fundación analizaría las pruebas y procedería a la certificación solicitada. Así, el peritaje se realizó de forma independiente y durante seis meses el equipo visitó las colecciones de los principales museos que poseían obras del artista, como el Malba en Buenos Aires, el Museo de Arte Moderno de San Pablo y hasta el MOMA en Nueva York, entre otros. Un procedimiento regular en todos los peritajes que siguen una metodología internacional.

Todas las obras consideradas “testigos” en la investigación fueron adquiridas del artista en diferentes períodos, existiendo seguridad sobre la autenticidad de estas piezas como base de comparación. Moraleja: las tres obras publicadas en los catálogos de Christie's de Nueva York, que fueron suspendidas por la fundación antes de la subasta, eran falsificaciones acompañadas de falsa procedencia, habiendo indicios de que estas obras pertenecen a un grupo de otras obras creadas para engañar a partir de una supuesta procedencia “real”. Como resultado adverso, la fundación negó la certificación basándose en el peritaje independiente, teniendo así protección legal contra posibles acciones judiciales, ya que fue un perito independiente, y no la fundación, quien concluyó que las obras no eran auténticas.

Otro factor indiscutible es la necesidad de la interdisciplinariedad. Desde hace algún tiempo, simples estudios de laboratorio sobre la materialidad de las obras han sido presentados como “peritajes”, muchas veces los informes firmados por químicos o físicos que trabajan en esos laboratorios son tomados o ofrecidos como “prueba”, creyendo que un estudio técnico-científico de materiales es suficiente, pero la ausencia de estudios histórico-contextuales, estético-técnicos y de procedencia hace que un simple resultado laboratorial sea insuficiente y de alto riesgo. La razón es clara. Encontrar la compatibilidad de materiales (por ejemplo, si el pigmento utilizado es compatible con el período del artista) es eventualmente el primer paso para continuar una investigación, pues el falsificador puede haber elegido los materiales correctamente. Por otro lado, hay artistas que debido a su reputación durante su vida fueron (o están siendo) falsificados mientras estaban produciendo, lo que significa que 30 años después hay obras en el mercado que tienen la edad que ostentan y tienen compatibilidad de materiales, aunque sean falsificaciones de época.

Cada caso es único, cada obra tiene su propia trayectoria de vida y es el conjunto de elementos el que debe ser analizado. De igual manera, la necesidad de contar con peritos caligráfos especializados en obras de arte es obligatoria, pues una obra firmada cuando es falsa es una falsificación y, por lo tanto, es un delito. Una obra falsa sin firma puede eventualmente pasar por una simple copia. La categoría de una obra cambia debido a la presencia de la firma, lo cual es más importante de lo que el mercado suele considerar. Es cierto que el acto de firmar una obra responde a diferentes necesidades y momentos del artista. Hay quienes nunca firman, otros firman todas las obras en un mismo momento antes de una exposición, algunos firman cada vez de forma diferente y otros cuya firma forma parte de la composición. En todos los casos, hay tantos elementos a estudiar en la firma como en la ejecución plástica de la obra. Sin embargo, es esencial que el profesional esté capacitado en los diferentes tipos de soportes y herramientas que claramente no son convencionales para la escritura. Además de su intervención en la firma, el perito caligráfico puede revelar la autenticidad de los documentos que acompañan a la pieza, los cuales son tan falsificados como las propias obras.

Gustavo Perino es C.E.O. de GIVOA ART

Licenciado en Peritaje y Valuación de Obras de Arte. Profesor universitario y coordinador de los estudios de posgrado en Peritaje de Obras de Arte en Río de Janeiro y San Pablo. . Perito judicial para el tribunal superior de justicia de San Pablo. Miembro del i3A

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