REDACCIÓN. Según Informa LE PARISIEN el pasado 14 de febrero se reabria el juicio acusando de Saturnismo en las restauración del Teatro de la Opera del Palacio Versailles. El fiscal del Tribunal Penal de Versailles (Paris) ha solicitado penas de prisión condicional de hasta 15 meses y multas de hasta 150.000 euros contra las empresas y directivos responsables de las obras en el Palacio de Versalles que provocaron el envenenamiento por plomo de los trabajadores de la restauración.
El proceso, es el primero que se ha conocido sobre saturnismo en el sector cultural. Durante los tres días que duró el proceso, nadie pudo desmentir que los artesanos, que no contaban con ningún tipo de protección, se hubieran contaminado con polvo de plomo al limpiar las esculturas y la decoración de la ópera del Palacio de Versalles.
Se denomina saturnismo, plumbosis o plombemia al envenenamiento que produce el plomo cuando entra en el cuerpo humano.
“Hasta el siglo XX, el plomo se utilizaba ampliamente como pigmento. Todo el mundo sabía que en Versalles había plomo en las pinturas”, reconoció el arquitecto jefe del palacio, Frédéric Didier.
Las consecuencias fueron nefastas para los restauradores, que sufrieron enfermedades graves. Cinco de ellos son parte civil en el caso, pero el magistrado que dirigió la investigación, afirmó que había más trabajadores interinos que también habían sido intoxicados. “Se convirtieron en carne de cañón”, dijo la abogada que representa a un carpintero que perdió casi todos sus dientes. "Podría haber sido más grave, incluso mortal".
Han sido necesarios 15 años de litigios para que las víctimas puedan comparecer ante el tribunal. La fiscal pidió disculpas por los retrasos, que atribuyó en parte a “una serie de negaciones” por parte de los responsables de las obras, que llegaron incluso a “manipular a un testigo”..
Durante la audiencia, el operador del Ministerio de Cultura encargado de supervisar la restauración, la empresa encargada de las obras, Asselin y el arquitecto jefe del palacio siguieron acusándose mutuamente y todos pidieron ser absueltos. El fiscal pidió penas de prisión condicional de entre tres y quince meses para todos ellos. Aunque su arquitecto jefe se encuentra entre los acusados, el juez desestimó los cargos contra el propio Palacio de Versalles al concluir que, al haber contratado la obra, no era responsable de la forma en que se llevaron a cabo las obras.
“Esta negación colectiva es muy dura para nosotros”, dijo Claudia Andrieu, esposa de un carpintero que testificó sobre la terrible experiencia. “Nos deja con la impresión de que no se ha aprendido ninguna lección de este drama, por lo que podría volver a ocurrir en cualquier momento”.
El asunto se destapó en 2009, tras una restauración de dos años de la suntuosa ópera real del palacio, que fue diseñado por Ange-Jacques Gabriel y con una decoración de interiores de Augustin Pajou, la ópera fue construida totalmente de madera y pintada para parecer mármol con una técnica conocida como falso mármol, elaborado con cantidades ingentes de Blanco de Cerusa Veneciana, también conocido como Blanco de Plomo.
El carpintero que dio la alarma, Didier Andrieu, descubrió el envenenamiento por accidente después de quejarse a su médico de varios síntomas y pedirle un análisis de sangre, Se quedó “conmocionado” al descubrir que el nivel de plomo en su sangre había aumentado a más de ocho veces la cantidad normal. Fue hospitalizado de inmediato. Sus colegas tenían niveles similares o incluso superiores.
Según las investigaciones realizadas en el marco del proceso, el lugar de trabajo no estaba suficientemente ventilado y los trabajadores no recibían el equipo de protección individual (EPI) adecuado. Andrieu afirma que tuvo que enfrentarse a su empleador y alertar a los inspectores de trabajo para que tomaran las medidas necesarias. El informe de los inspectores afirma que el polvo de plomo en el lugar de trabajo era “20 veces superior a lo normal”, reconociendo “una clara relación con el nivel de plomo en la sangre de los trabajadores empleados por Asselin y la falta de respeto a las normas de seguridad”.
Durante siglos, el plomo blanco, también llamado cerusa, se utilizó ampliamente como pigmento. Desde el Renacimiento se sospechó que era nocivo y su toxicidad se demostró en el siglo XIX, pero recién en la década de 1990 se prohibió en Francia y el Reino Unido. El envenenamiento por plomo tiene efectos a largo plazo en varias partes del cuerpo; incluso pequeñas dosis pueden causar graves problemas de salud. En niveles altos, puede ser letal.