REDACCIÓN, Según informa LA TRIBUNA DE TOLEDO el deterioro y abandono por parte de las autoridades de Toledo están provocando que la Sinagoga de Sofer (siglo XII) en Toledo presente una estado propio de un vertedero con inundaciones provocadas por filtraciones que han sido denunciadas pero no reparadas .
La historia de abandono y vandalismo de este templo judío viene de lejos. Hace poco menos de un año, un acto vandálico en los restos de la sinagoga del Sofer, en la calle Reyes Católicos, causó indignación entre los guías que muestran el templo y sirvió de impulso para que el Consorcio, responsable del espacio, reparara lo necesario e hiciera una limpieza.
Once meses más tarde, el agua de los aljibes allí existentes han sacado a la luz nuevos restos de basura. Eso ha provocado de nuevo la indignación de los guías y visitantes.
Hace tiempo que el Consorcio decidió dejar abierto el espacio, después de varias situaciones en las que había caído algo valioso desde el suelo de listones de madera del exterior, que le sirve como techo. Eso ha facilitado el acceso a todo el mundo, también a quienes han aprovechado para hacer varias pintadas en el espacio. También hay quienes lo utilizan de urinario o, directamente, de papelera. La situación es de suciedad en todo el entorno.
Más allá, con la bajada del agua por razones desconocidas, se ve en los aljibes mucha basura, entre otros, algunos puntales, quizás de las cadenas que pone el Consorcio para impedir entrar en ciertas zonas, así como lo que parece un motor con hélices.
El mismo medio ya informó en marzo de 2023, el guia El guía Felipe Vidales denuncio alguien habia tirado al suelo el poste que apuntala una bóveda subterránea del complejo. La sinagoga de Sofer está abierta, sin las vallas que antaño impedían el paso.
Si cae, seguramente no sea peligroso para quien esté arriba, pero sí para quien esté abajo, amén de una pérdida patrimonial. El guía ha denunciado públicamente esta situación y ha etiquetado al Consorcio, responsable del mantenimiento, pero apunta que no hay respuesta.
Vidales también reclama que el espacio
se ponga en valor y que haya algún cartel explicativo. La falta de puerta y de cartel, apunta, puede ser una invitación a que algunos estudiantes bajen a diario a fumar, pintar u orinar, «si no hay cartel ni nada, unos menores de edad no le van a dar el valor que no le dan el Ayuntamiento y el Consorcio».