REDACCIÓN. El pasado 15 de julio, un guía en el Coliseo de Roma sorprendió a una chica mientras estaba garabateando una pared. Dejó a su grupo y grabo la escena como prueba.
Lo grotesco del asunto es que la niñata , una menor suiza de 17 años tenía público, su familia, que estaba presente y hasta parecían divertidos con la hazaña de la joven que no contenta con haber grabado previamente el de su novio ahora inmortalizaba su nombre.
El guía se se acercó a la niña y a sus padres y les preguntó: "¿Saben que lo que acaba de hacer su hija es ilegal y conlleva una multa de hasta 15.000 euros y hasta cinco años de prisión?". Acto seguido aviso a un guarda de seguridad que se acercó a la familia y les pidió sus documentos de identidad. Al principio, los padres se negaron, justificando su comportamiento [de su hija] diciendo que 'sólo es una niña'. El guía advirtió al padre que la 'niña' era su responsabilidad.
La menor, que se encuentra de vacaciones con su familia en la capital, fue denunciada tras ser conducida al cuartel de mando de los Carabinieri en Piazza Venezia y también deberá responder a la acusación de violación del reglamento de la policía urbana, que prevé la prohibición de desfigurar, dibujar, grabar o comprometer el patrimonio artístico, histórico y monumental de la ciudad.
Evidentemente será el padre quien responda por el delito.
Es lo que tiene la estupidez congénita