pecadosdelarte.com

JORGE LLOPIS PLANAS

Los expolios subacuáticos en Baleares y la pesca de arrastre

Cientos de restos expoliados en el mar, decoran jardines privados.
Ampliar
Cientos de restos expoliados en el mar, decoran jardines privados. (Foto: © Guardia Civil /SEPRONA)
domingo 05 de enero de 2025, 10:00h
El presidente de la Federación de Pescadores de Baleares, Domingo Bonnín, declara «El que lo coge sabe que se crea un problema burocrático y legal impresionante. El expolio se entiende que se da cuando tienes un yacimiento localizado y vas a vaciarlo. Coger mediante la actividad pesquera según que piezas tendría que denominarse de otra manera, aunque jurídicamente sea lo mismo...»
  • Operación Garum (2017)

    Operación Garum (2017)
    Se recuperaron 42 piezas entre anforas (31) y otros objetos.

  • Operación Garum (2017)

    Operación Garum (2017)
    Cepo de ancla romana del III a.C.

  • Operación Testaccio (2019)

    Operación Testaccio (2019)
    Se recuperaron 100 ánforas romanas y fenicias expoliadas en aguas de Formentera.

  • Operación Testaccio (2019)

    Operación Testaccio (2019)
    40 de las ánforas recuperadas se hallaron completas

El año 2024 será recordado por el incidente en el que una residente extranjera fue sorprendida intentando sacar más 2.000 piezas arqueológicas de la Isla a través del aeropuerto de Son Sant Joan, con la intención de tasarlas y venderlas. Este es uno de tantos casos en el que buceadores privados han estado expoliando y esquilmando los fondos submarinos balearicos durante décadas. Una actividad ilegalque se lleva a cabo en el que es, posiblemente la costa española más rica en yacimientos arqueológicos submarinos, y desgraciadamente, también la más desprotegida.

Un patrimonio histórico cultural que termina en colecciones privadas, ya sea en el jardín como elemento decorativo y domicilios privados y también en el mercádo ilegal.

Sin embargo, lo que destaca en las mayores operaciones contra el expolio de pecios subacuáticos realizadas por la Benemérita en las Islas es un elemento común: las redes de arrastre de los pescadores.

«Generalmente, un primer hallazgo accidental de restos arqueológicos en el mar da inicio a la mayoría de los casos. Al sacar sus redes, las barcas de arrastre traen a la superficie diversos objetos arqueológicos, siendo las ánforas las más comunes. Algunos optan por quedarse con ellas o regalarlas a amigos, mientras que otros deciden venderlas… En situaciones como esta, lo correcto es informar y entregar los restos a las autoridades», señala Pedro Mora, sargento primero de la Guardia Civil y responsable de la oficina técnica del Seprona.

Entre 2016 y 2019, más de 200 objetos arqueológicos de gran valor, expoliados de pecios en aguas de Baleares, fueron incautados por las operaciones Dressel, Testaccio y Garum. Las dos primeras se llevaron a cabo gracias a un aviso proporcionado por una fuente anónima, mientras que la Garum, se inició a partir de la denuncia realizada por un particular.

La Operación Dressel se inició en 2016-2017 tras recibir una comunicación anónima que alertaba sobre la captura de piezas por parte de barcos arrastreros. En lugar de reportar estas capturas, los tripulantes las retenían, las entregaban a amigos o las vendían. El jefe de la oficina técnica del Seprona recuerda que se investigó a tres personas y se realizaron cuatro allanamientos en domicilios, durante los cuales se incautaron 71 piezas de interés arqueológico que habían sido expoliadas en el norte de Mallorca.

La Operación Garum, que recibe su nombre de una conserva de pescado popular entre los romanos, se considera la tercera intervención más significativa contra el expolio de pecios en Baleares. En 2017, esta operación se llevó a cabo tras la denuncia de un particular que había notado un posible robo en Cala Ratjada. Se llevaron a cabo siete entradas y registros en diferentes viviendas, resultando en la investigación de seis personas. Durante la operación, se lograron recuperar 42 piezas entre ánforas y varios fragmentos.

En 2019, se inició La Operación Testaccio, (cuyo nombre proviene de un monte artificial formado por la acumulación de ánforas vacías en la antigua Roma), y ha sido la operación más grande hasta el momento, motivada por una comunicación anónima que alertaba sobre la actividad de dos arrastreros en Formentera, los cuales estaban extrayendo ánforas de dos pecios no catalogados. Esta operación no solo destaca por la cantidad de piezas recuperadas y el elevado número de investigados y registros, sino que también representó un verdadero desafío para arqueólogos e investigadores. La intervención del Instituto Español de Oceanografía resultó fundamental para localizar con precisión los pecios que hasta entonces eran desconocidos.

La Operación Testaccio se saldó con la recuperación de 100 anforas romanas y fenicias (40 completas).

La presencia de submarinistas en pecios expoliados ha sido objeto de numerosas conversaciones, pero la realidad es que son pocos los que se encuentran a poca profundidad y son accesibles. Sin embargo, La Guardia Civil lleva a cabo campañas de vigilancia para proteger el patrimonio histórico tanto en tierra como en el mar como medida preventiva.

Hasta el momento, ningún ladrón de pecios subacuáticos ha sido sorprendido 'in fraganti' por la Guardia Civil. «Nuestras operaciones siempre han sido iniciadas a partir de denuncias. En tierra, sí hemos tenido algunos casos. Hemos logrado identificar vehículos sospechosos en yacimientos terrestres y, siguiendo esas pistas, hemos podido encontrar algo. Sin embargo, en ocasiones no se logra localizar al responsable y, a veces, es incluso imposible determinar qué se han llevado. Recientemente, recibimos un aviso sobre daños en uno de los yacimientos en la zona de Artà. Habían utilizado una azada y un volquete para buscar piezas. Se desplegaron todos los medios disponibles, tanto humanos como tecnológicos, pero no conseguimos dar con el autor ni averiguar qué había sustraído. Hablamos con uno de los jefes de la excavación, quien nos comentó que no tenían conocimiento de que hubiera restos valiosos en la zona donde se utilizó la azada; sin embargo, aunque no se lleven nada, destruyen el yacimiento», lamenta Pedro Mora.

La costa más rica en yacimientos y la más desprotegida

Durante años, los especialistas han señalado que miles de piezas arqueológicas en Baleares se encuentran amenazadas por el expolio. Mallorca es reconocida como la región de España con la mayor cantidad de yacimientos arqueológicos por metro cuadrado de costa, y se estima que el 90 % de los yacimientos subacuáticos ha sufrido robos.

La falta de una carta arqueológica completa que documente y permita la vigilancia de los yacimientos subacuáticos de Baleares ha puesto de manifiesto su vulnerabilidad, como se evidenció en esta operación. Durante años, los expertos han advertido sobre el continuo expolio de los barcos hundidos en las aguas baleares.

La participación de pescadores en algunos de esos expolios es un tema que el presidente de la Federación de Pescadores de Baleares, Domingo Bonnín, considera «complicado». Según la ley, existe la obligación de informar a las autoridades si se recoge algún objeto arqueológico con las redes. Bonnín trata de disculpar: «El que lo coge sabe que se crea un problema burocrático y legal impresionante» y continúa «el expolio se entiende que se da cuando tienes un yacimiento localizado y vas a vaciarlo. Coger mediante la actividad pesquera según qué piezas tendría que denominarse de otra manera, aunque jurídicamente sea lo mismo».

¿Dónde se recogen los bienes recuperados?

Sin la infraestructura adecuada para garantizar la extracción, conservación y restauración de los pecios submarinos en Baleares, miles de piezas arqueológicas se encuentran amenazadas por el expolio en las aguas de las Islas. Se estima que robos han afectado al 90 % de los yacimientos subacuáticos de esta comunidad autónoma.

La inmensa pérdida patrimonial en Mallorca se debe a que este territorio español cuenta con la mayor cantidad de yacimientos arqueológicos por metro de costa. La reciente incautación de más de 2.000 objetos, incluyendo monedas, cristales y ánforas, a una jubilada alemana que intentaba enviarlos a su país, plantea la necesidad de cuestionar por qué Baleares no dispone actualmente de un Centro de Arqueología Subacuática que sea referente. En contraste, las comunidades más avanzadas en este ámbito a nivel nacional son Cataluña, Murcia y Andalucía.

En los yacimientos de Mallorca, la práctica habitual consiste en extraer únicamente la carga de las naves, que principalmente incluye ánforas o munición. Al finalizar la campaña de excavación, se vuelve a cubrir a los barcos con arena de playa para garantizar su conservación. La recuperación de embarcaciones, aviones o submarinos que han estado sumergidos en nuestras costas durante extensos períodos demanda una infraestructura adecuada y técnicos especializados. Actualmente, esta opción solo se ha considerado para el pecio de Ses Fontanelles.

Para la extracción y conservación, un inmenso tanque de desalinización ha sido construido por el Consell de Mallorca. Sin embargo, los restos subacuáticos requieren un proceso de desalinización que puede durar entre cinco y siete años. Tras completar este proceso, son los especialistas en restauración quienes intervienen. La cantidad de estos profesionales es limitada, en parte debido a la falta de formación específica en las Islas. En España, los centros más avanzados en arqueología subacuática se encuentran en Cataluña, Murcia y Andalucía.

Desde hace más de diez años, el Consorcio de la ciudad romana de Pol·lèntia, que está formado por el Gobierno central, el Govern balear, el Consell de Mallorca y el Ajuntament d’Alcúdia, tomó la decisión de edificar un Centro de Arqueología Tardoantigua en la finca de sa Tanca de Can Domenech. Este centro se ubicará frente a la ciudad romana y contará, entre otras instalaciones, con el primer centro de arqueología subacuática de Baleares.

Conscientes de la existencia de pecios de gran calidad en las aguas de Baleares, que abarcan desde la tardantigüedad hasta épocas medievales, modernas y contemporáneas, muchos esperan con ansias la publicación de los detalles del proyecto. Existe el temor de que este pueda resultar insuficiente.

A lo largo de 2024, se han llevado a cabo catas en el terreno de sa Tanca de Can Domenech, una propiedad adquirida por el Consell de Mallorca. El objetivo de estas investigaciones es determinar qué área de la finca puede ser utilizada para construir el nuevo museo y centro de investigación, asegurando que no se vean afectados los restos de la antigua ciudad romana de Pol·lèntia. Además, se busca que el futuro edificio funcione como un nuevo acceso al mayor yacimiento romano de Mallorca.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios