REDACCIÓN. La Generalitat Valenciana comunicaba a mediados de abril el hallazgo de 33 monedas que de descubrieron el año pasado en las Islas Columbretes de Castellón. Según ha podido determinar los expertos, pertenecen a un taller de falsificación del siglo XVII.
Un dato que contrasta con que no existieran asentamientos humanos en este espacio natural hasta el siglo XIX, cuando se construyó el faro. Las pruebas documentales que se tienen sí que hablan del entorno, en concreto en escritos de la antigua Grecia.
Pero, sin constancia de que allí viviese gente, este hallazgo "refuerza la teoría de la presencia o paso de piratería en la isla". Así lo ha explicado el secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida. Las piezas metálicas fueron localizadas en 2024 por una brigada durante unos trabajos en los antiguos canales, destinados a recoger el agua de las lluvias para verterlas a un aljibe. Uno de los trabajadores tenía "conocimientos en arqueología".
"Supo que era de bronce o cobre y estaba cortado con cizalla", ha detallado Mérida. Tras recoger más trozos (denominados retales y barritas, algunos milimétricos, llegó a localizar un cospel (base metálica para acuñar las monedas) , con forma circular.
Sin embargo, había más: hasta una treintena de cospeles, todos acumulados en un punto concreto de la explanada inmediata al cementerio. Este hallazgo también se comunicó al Museo de Bellas Artes de Castellón para que un especialista analizase las monedas.
Arturo Oliver Foix fue quien estimó que podrían ser de alguna instalación que se dedicaba a falsificar. También la Universidad de Valencia estudió las piezas, corroborando que "estaban preparadas para su acuñación".