JLLP. Perder al marchante o que el marchante se olvide de ti, es un problema al que se enfrentan muchos artistas. No obstante si el marchante es Joe Biden, es normal que se olvide.
En este sentido, la gran promesa del arte presidencial, Hunter Biden, ha tenido la humorada de lamentarse que su arte ya no interesa a nadie. Hunter ha tenido una mala racha últimamente: varias de sus obras guardadas fueron destruidas en los recientes incendios forestales de Los Ángeles.
“En los dos o tres años previos a diciembre de 2023, vendí 27 obras de arte a un precio promedio de $54,481.48, pero desde entonces solo he vendido una obra de arte por $36,000... Esperaba obtener conferencias y apariciones pagadas, pero eso no ha sucedido" se lamenta Hunter Biden.
Hace apenas unos años, el problemático hijo de Joe Biden, que anteriormente había ganado una fortuna participando en diversas juntas directivas haciendo cosas muy raras y misteriosas, disfrutaba de un éxito notable como artista "emergente" como resultado de sus sesiones arteterapia para superar diferentes adicciones.
Sus pinturas se exhibían en una elegante galería de Nueva York y las ventas se canalizaban desde la Casa Blanca y se vendían por grandes sumas. Kevin Morris, un abogado de Hollywood y amigo de Biden, supuestamente compró 11 obras por un total de $875,000. Elizabeth Hirsh Naftali, donante demócrata, compró dos pinturas, por $42,000 y $52,000 En total, Hunter vendió arte por aproximadamente $1.5 millones entre 2021 y 2024, eso según fuentes oficiales…
Nada mal para un artista autodidacta que se auto describió cómo alguien que creaba su obra con un pincel o soplando tinta de alcohol sobre papel japonés Yupo con una pajita metálica. Sus obras posteriores son más abstractas.

Teniendo en cuenta que papa Biden lo indultó a finales del año pasado, evitando así la cárcel por dos causas penales, la joven promesa del arte de 55 años, podría darse por satisfecho, no así los compradores de su obra, que todavía deben estar renegando el día que tuvieron que dorarle la píldora al viejo Biden y que no saben que hacer con la obra maldita de Hunter de difícil cotización, por no decir nula.
Simpatizantes del artista le están animando a potenciar su carrera ahora que ya no sobrevuela sobre él la sombra de la cárcel y que al menos durante un par de años consiguió vender bien su obra, pero sobretodo para que demuestre que no es un BaBy Nepo, ( por nepotismo) calificativo que reciben los hijos de políticos famosos, como también es el caso de Patrick Schwarzenegger, hijo del ex gobernador de California, quejándose de fin abrupto de su carrera como actor, una vez su padre, dejó el cargo.