REDACCIÓN El Museo de Pontevedra ha devuelto al Ministerio de Cultura de Polonia un díptico compuesto por dos tablas: Una Dolorosa y un Ecce Homo atribuidos a la escuela del pintor flamenco Dieric Bouts del siglo XV y principal representante de la Escuela de Lovain y formaban parte de la colección de reserva del museo desde 1994.
Las obras fueron adquiridas en España por el industrial José Fernández López (fundador de Pescanova), y permanecieron en su importante colección de arte compuesta por 313 obras. En 1994 fueron adquiridas por la Diputación Provincial para el Museo de Pontevedra.
Los expertos desconocen dónde y en qué momento fueron compradas por el industrial , pero todo parece indicar que pudo haberlo hecho en 1973 o en la Sala Parés de Barcelona (España) o en la Galería El Cisne de Madrid. Dos galerías conocidas entonces por comerciar con obras de origen “europeo”, eufemismo empleado para las obras de propietarios alemanes y austriacos sin muchas preguntas…
los años 60-70 fue la “década dorada” cuando empezaron a aflorar y comerciar en España obras procedentes del expolio nazi, presumiblemente procedentes de los armarios de los refugiados nazis residentes en España desde 1945.
En 1944 estos dos cuadros fueron saqueados del castillo de Gołuchówy formaban parte de la Colección de la Princesa Czartoryski. Hasta el momento sólo se conservaban fotografías en blanco y negro de estas dos obras.
Polonia perdió durante y después de la II Guerra Mundial unas 516.000 obras de arte, más del 70% de su patrimonio artístico y cultural. Fue uno de los países más expoliados en la Europa contemporánea : Los nazis desde 1939 a 1944 y las Brigadas de Trofeos del Ejercito Rojo soviético desde 1944 a 1950.
"La recuperación de una obra expoliada es la primera etapa de un proceso largo y tedioso que dura años, aunque en este caso ha sido todo lo contrario" explicó la directora del área de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura de Polonia, Elzbieta Rogowska.
"Estoy muy agradecida al Museo de Pontevedra por permitir que estas obras vuelvan a su casa y con una diligencia que esperamos que marque un precedente".
Tanto el museo como la Diputación, una vez supieron en 2020 que las obras podían proceder del expolio no dudaron en tramitar su devolución a su país de origen. En este sentido contrasta como un modesto museo no ha dudado en restituir una obra expoliada, respecto a otras importantes y famossissimas pinacotecas de Madrid que están en un conflicto similar.