El discóbolo Palomabra es una copia romana del siglo II d.C. protegida por la ley de patrimonio italiana de 1909, fue adquirida por Hitler en 1938 en una operación que "privatizó" un bien público en privado, para satisfacer al Führer.
JL.- El ministro de Cultura de Italia Gennaro Sangiuliano ha rechazado la solicitud de la Colección Estatal de Antigüedades de Alemania en Múnich para recupèrar una antigua estatua romana. El Discóbolo.
El Discóbolo (Discobolus Palombara) es una copia romana en marmol del siglo II y 156 cm de altura esculpidas a partir del original griego de bronce realizado por Mirón en 450 a.C.. El oiginal de bronce se `perdió, pero los romanos hicieron diversas copias en mármol. Una de ellas se conserva en el British Museum.
La pieza reclamada fue la primera descubierta en época moderna (1781) es conocida como Lancelotti (o Palombara) ya que proviene de la Villa Palombara propiedad de la familia Massimo. La escultura fue preservada y restaurada por la familia, hasta que en 1938 Hitler se encaprichó de ella como de otras tantas esculturas griegas, que según él representaban el ideal estético ario y quiso comprarla.
De manera humillante, Benito Mussolini presionó y forzó a la familia para que la vendieran a Hitler, a pesar de la negativa contra del ministro de Educación italiano y de los funcionarios de cultura ya que la escultura estaba protegida por la ley de patrimonio italiana.
El discóbolo permaneció durante casi una década en la Munich Glyptothek, sobreviviendo milagrosamente incluso a los intensos bombardeos aliados que se sufrieron en Munich durante 1944
La estatua fue devuelta a Italia en 1948 como parte de las obras obtenidas ilegalmente por los nazis.
La disputa surgió cuando el director del Museo Nacional de Roma solicitó a colección estatal de antigüedades Antikensammlungen en Munich, la devolución de base de la escultura de mármol del siglo XVII que todavía permanece en Alemania. En cambio, el museo alemán pidió la devolución del Discobolus Palombara, alegando que había sido transportado ilegalmente a Italia en 1948.
La polémica empezó cuando el ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, manifestó que dudaba la ministra de Cultura alemana, Claudia Roth, estuviera al tanto incluso de la petición bávara por lo grotesco de la misma.
Sangiuliano subió el tono de la cuestión, cuando el pasado 3 de diciembre una entrevista en la RAI, se ratificó: "Hice una broma: tendrán que pasar por encima de mi cadáver". En sus comentarios, calificó de “inadmisible” la solicitud alemana de devolución.
El ministro de cultura aclaró "Esta obra fue obtenida de manera fraudulenta por los nazis y es parte de nuestro patrimonio nacional” y expresó su esperanza de que la base fuera devuelta que por supuesto es igualmente italiana y fue trasladada entonces, conjuntamente con la estatua.
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