REDACCIÓN. ha terminado la larga disputa judicial sobre el uso por parte de la Fundación Andy Warhol (AWF) de un retrato protegido por derechos de autor, a la fotógrafa Lynn Goldsmith por el uso sin licencia en 2016 de su retrato del músico de rock Prince.
El lunes 18 de marzo, el tribunal federal de distrito de Nueva York en Manhattan dictó sentencia a favor de Goldsmith en su contrademanda por infracción de derechos de autor contra la fundación, otorgándole 10.250 dólares en daños y lucro cesante y casi 11.273 dólares en costas judiciales.
Las partes resolvieron así la reclamación pendiente de Goldsmith, que quedó sin resolver en mayo de 2023 como ya publicaba Pecados del Arte ya que se que rechazó el argumento que la Fundación Warhol alegando de que no le debía nada a Goldsmith puesto que Warhol creó un retrato de Prince en 1984, basándose en la licencia de Goldsmith a la revista Vanity Fair para usar su retrato como referencia artística, había cambiado tanto su “significado o mensaje”.
En 1984, Goldsmith concedió una licencia única a la revista Vanity Fair por 400 dólares para utilizar su retrato de estudio de Prince como referencia artística para una ilustración que acompañaría un artículo sobre el músico. Goldsmith desconocía que la revista contrató a Warhol para crear la ilustración naranja que publicó, ni que creó 15 imágenes adicionales basadas en su retrato, más tarde denominada Serie Prince .
En 2016, la Fundación Conde Nast pagó 10.250 a la Fundación Warhol por emplear el retrato de Prince en morado, una de las versiones procedentes de la serie Prince que se realizaron a partir de la fotografía empleada sin permiso para llevar a cabo esta obra.
Después de que Goldsmith reclamase a la AWF que creía que había infringido sus derechos de autor, la fundación la demandó, buscando una sentencia que afirmara que tenía los derechos de autor de la serie Prince, porque los cambios de Warhol eran lo suficientemente transformadores como para constituir un uso legítimo.
En su recurso ante la Corte Suprema, la fotógrafa argumentó que: “El uso legítimo no permite a AWF vender por 10.250 dólares una imagen materialmente idéntica al mismo editor sin pagar ni acreditar a Goldsmith”. El tribunal estuvo de acuerdo y dijo: "El mundo no sufrirá ni se empobrecerá más, si se le exige a AWF que pague a Goldsmith una fracción de las ganancias de la reutilización de su obra protegida por derechos de autor. Estos pagos son incentivos para que los artistas creen obras originales en primer lugar”.
La sentencia concede a Goldsmith que perciba sus honorarios equivalentes a los que AWF recibió en 2016 por parte de Condé Nast.