REDACCIÓN. Según informa BBC, un nuevo mural del artista callejero Banksy ya ha sido vandalizado con pintura blanca, pocos días después de que apareciera en el costado de un edificio residencial en el norte de Londres.
El mural, ha sido rodeado por una valla metálica protectora y el Ayuntamiento de Islington, de este municipio en el distrito de Londres, está estudiando instalar cámaras de vigilancia de circuito cerrado.
El mural consiste principalmente en pintura verde rociada sobre una pared en blanco para imitar las hojas de un cerezo desnudo que se encuentra en una pequeña parcela cubierta de hierba adyacente. Bansky pretendía con ello protestar ante la manera de podar el árbol.
Si bien las obras de Banksy a menudo pueden aumentar el valor de una propiedad, también pueden conllevar una atención negativa o desafíos para el propietario, incluida la carga de mantener y preservar la obra, un mayor tráfico peatonal y la emisión de seguros o asuntos legales. En ocasiones, las obras del artista son retiradas por violar las leyes contra el graffiti o demolidas junto con los edificios en ruinas donde fueron pintadas.
Algunos expertos se preguntan si un creador de arte urbano como Bansky debería comunicar a las autoridades del emplazamiento de su nueva intervención para que éstas , para preservar el emplazamiento y posterior protección de la obra de importancia, ya que si actúa “sorpresivamente”, por muy Banksy que sea, no deja de ser un grafitero, y por tanto clasificable en la categoría de vándalo.