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Un objeto antiguo expoliado en Grecia por los nazis regresa a Grecia 80 años después

August Schörgendorfer, arqueólogo austriaco y oficial alemán, , durante la excavación de una ruina minoica, la Tumba A de Tholos, en Creta en 1941
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August Schörgendorfer, arqueólogo austriaco y oficial alemán, , durante la excavación de una ruina minoica, la Tumba A de Tholos, en Creta en 1941 (Foto: © Georgia Flouda)

Descubierta en 1943 durante las excavaciones alemanas realizadas al sur del canal de Corinto

lunes 22 de abril de 2024, 10:00h
Julius Ringel, Gobernador de Creta, general y arqueologo aficionado, expolio Creta a conciencia durante 1941. En 1942 fue trasladado al frente oriental
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Julius Ringel, Gobernador de Creta, general y arqueologo aficionado, expolio Creta a conciencia durante 1941. En 1942 fue trasladado al frente oriental (Foto: © Heinrich Hoffmann/Ullstein Bild)
El saqueo nazi en Grecia intento explotar ideológicamente la antigua herencia griega

J.L.-El martes 9 de abril, el Ministerio de Cultura griego comunicó la restitución a Grecia por parte del museo alemán Augusto de Hannover (Alemania) de una antigua jarra del siglo VII a.C., descubierta durante la ocupación nazi (1940-1944). Esta jarra fue descubierta en 1943 durante las excavaciones alemanas realizadas al sur del canal de Corinto.

La ministra de Cultura de Grecia, Lina Mendoni, elogió los esfuerzos del museo y dijo que este acto demuestra la buena voluntad de querer contribuir a “ la restauración de los daños sufridos por el patrimonio cultural griego”, que había sido saqueado durante la ocupación.

Durante la Segunda Guerra Mundial, muchas de las estatuas y antigüedades de Grecia fueron escondidos para su custodia o trasladados a otros países para su preservación. Una de las historias más impresionantes de esta lucha fue el entierro de todo el material más valioso del Museo Arqueológico de Atenas, proceso que comenzó con el inicio de la guerra greco-italiana. Una empresa titánica que duró seis meses enteros y se completó antes de que los alemanes entraran en Atenas. Los bienes del museo le fueron devueltos ilesos después de la guerra.

Aún y así, una de las pérdidas más importantes durante el saqueo del Museo Arqueológico Nacional de Atenas, que tuvo lugar en 1941, fue la apropiación de las piezas más valiosas del museo, incluido el mecanismo de Anticitera y la Máscara de Agamenón, que fueron llevadas a Alemania. Aunque muchos de estos artículos fueron devueltos posteriormente a Grecia, algunos todavía están desaparecidos y se cree que se perdieron o fueron destruidos durante la guerra

En un informe publicado en 1946 por la Dirección de Antigüedades y Monumentos Históricos, el Estado griego intentó registrar todas las pérdidas que tuvieron lugar durante esos años.

Formalmente, con la ocupación, los alemanes habían entregado el control de los sitios arqueológicos y las excavaciones al servicio arqueológico griego designados por los ocupantes, ejercieron el poder real, ignorando cualquier objeción que estos hombres de paja plantearan.

Vassilios Petrakos, curador de antigüedades y secretario general de la Sociedad Arqueológica de Atenas explica que también hubo excavaciones importantes en la región de Tesalia, en el norte de Grecia. Estos fueron organizados por Alfred Rosenberg, el teórico nazi, que dirigió el Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg (ERR). El mismo autor afirma que los alemanes fueron responsables de la destrucción de antigüedades en Creta, Macedonia, Tirinto, Assini y Samos", añadió Vassilios Petrakos,

Heinrich Himmler, jefe de la Gestapo y las SS, también inició excavaciones en Grecia bajo los auspicios de su organización Ahnenerbe (Patrimonio Ancestral) con un intento manifiesto por parte de los nazis de explotar ideológicamente la antigua herencia griega. Por orden personal de Himmler se iniciaron excavaciones intensivas en la antigua Esparta. Se esperaba que encontraran monumentos dóricos y prehelénicos que obviamente servirían para confirmar las teorías nazis sobre la raza aria.

La Wehrmacht incluso había entregado a los soldados alemanes folletos sobre el patrimonio arqueológico de Grecia y la importancia, desde su propio punto de vista, de los yacimientos arqueológicos, subrayando que debían permanecer intactos. Pero incluso en un ejército con la disciplina de los nazis, la teoría estaba claramente alejada de la práctica. Incluso los oficiales de alto rango de la Wehrmacht no dudaron en llevarse algo como recuerdo si se presentaba la oportunidad.

Algunas zonas, como Creta, sufrieron más que otras. Cuando los nazis invadieron Grecia en 1941, Julius Ringel, un general de división del ejército , arqueologo aficionado y gobernador de la isla de Creta, promovió activamente excavaciones en la isla de, donde la cultura minoica había florecido más de 3.000 años antes.

Ringel, saqueo todo tipo de cerámicas, jarrones y partes de estatuas, algunas para su propio beneficio y otras para enviarlas a los museos alemanes como botín de guerra. También saqueó tesoros antiguos que ya habían sido descubiertos. Confiscó antigüedades de la Villa Ariadna, antigua casa del arqueólogo británico Sir Arthur Evans, que convirtió en el cuartel general de la división.

Durante este período, se destruyeron un gran número de monasterios e iglesias (Meteora, Aghia Lavra, Hosios Meletios, etc.), muchos de ellos de la época bizantina y todos contenían artefactos importantes.

Existe un informe oficial británico («Works of Art in Greek, the Greek Islands and the Dodecanese: Losses and Survivals in the War», Londres, HMSO, 1946), reconoce que a pesar de la magnitud de los combates y la resistencia, los daños causados a los sitios arqueológicos y monumentos de la antigüedad clásica fueron relativamente leves. No ocurrió lo mismo con las iglesias, que con frecuencia fueron quemadas por las fuerzas italianas y alemanas.

Los búlgaros merecen una mención especial por los estragos que causaron en los sitios arqueológicos y museos de Macedonia Oriental y Tracia.

Trabajadores del museo nacional de Atenas preparando un ánfora de arcilla, de aproximadamente el año 750 a. C., para almacenarla de forma segura antes de la invasión nazi.
Trabajadores del museo nacional de Atenas preparando un ánfora de arcilla, de aproximadamente el año 750 a. C., para almacenarla de forma segura antes de la invasión nazi. (Foto: © Ministrio Cultura Grecia)
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