REDACCIÓN. El organismo de auditoría nacional francés, la Cour des Comptes, ha publicado un nuevo informe en el que explica que la falta de fondos, está obstaculizando los esfuerzos del Estado y los museos para restituir el arte saqueado por los nazis a las familias judías y sus herederos.
El informe apunta principalmente al Ministerio de Cultura, aunque reconoce que se han logrado mejoras en la última década después de “largos retrasos” desde los años 90.
A pesar de los esfuerzos de revitalización, la unidad gubernamental encargada del arte expoliado, creada hace seis años, solo cuenta con seis empleados. Su presupuesto anual es de apenas 220.000 euros, aunque este año se han añadido 200.000 euros adicionales para apoyar la investigación en los museos locales.
El informe compara estas cifras con las de la Fundación Alemana de Arte Perdido, cuyo presupuesto aumentó de 6 millones de euros en 2015 a 12 millones en 2024, después de que su ámbito de competencias se ampliara para incluir los objetos coloniales.
Según el informe, casi ningún museo público francés ha investigado la procedencia de las adquisiciones que realizó entre 1933 y 1945, y tampoco existe una base de datos pública sobre arte expoliado o con procedencia problemática en las colecciones públicas de Francia. Sólo dos instituciones importantes, el Museo del Louvre y el Museo de Orsay, han contratado especialistas en procedencia; el primero tiene dos investigadores en plantilla, mientras que el segundo tiene uno. El Rijksmuseum, en comparación, emplea a siete investigadores en procedencia.
La paradoja es que, desde 1945, Francia ha construido “uno de los sistemas jurídicos más completos” en materia de restituciones, afirma el informe. Pero “la investigación adolece de una falta de medios, que no tiene justificación”, lo que provoca “retrasos desproporcionados” en las repatriaciones. Los auditores consideran que este retraso es “bastante lamentable” en un momento en que la procedencia se ha reconocido como un compromiso prioritario para los museos de todo el mundo.
El mercado del arte tampoco sale indemne. El informe de auditoría recomienda la introducción de una ley que obligue a los subastadores y comerciantes de arte a "proporcionar información sobre la procedencia de las obras cuando se lo soliciten oficialmente", una propuesta que probablemente provocará una fuerte reacción del sector. También insta al Estado a garantizar una mejor protección de los archivos de los comerciantes.
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