Hacía tiempo que no le dedicaba al British Museum unas líneas. Todo está igual o más o menos: Los Mármoles del Partenón siguen ahí y la Piedra Rosetta también. Las goteras las han ido reparando y el robo de las 2.500 piezas de sus fondos sigue su curso a ver que se devuelve.
Han cambiado a los directores, normal, ya que el anterior, Hartwig Fischer, debía estar tan agobiado que decidió que por mucho que le pagaran, volvía a Alemania y el nuevo, será un tal Nicholas Cullinan, que fue director de la National Gallery y más inglés que el Fish & Chips.
El nuevo director parece que es de la vieja escuela y entiende que un museo como el British lo que debe prevalecer es su prestigio y rentabilidad. Lo de meter a un alemán que debe sufrir todavía complejo de desnacificación y destila el buen rollito social demócrata imperante, no ha resultado como esperaban.
Recuperar el prestigio del museo estaba claro. Las goteras eran una vergüenza y lo del robo interno fue una chufla, que si bien en España sería hasta comprensible teniendo al frente lo que hay, pero en el Reino Unido, no.
Allí los museos se autofinancian y por ello discutir si aceptan o no una donación de 65 millones de euros de una petrolera es ridiculo. Sobre todo cuando el British Museum es gratuito para el público, todos los días del año.
Esta autofinanciación también define su trayectoria prevaleciendo su independencia más allá de las florituras y arrebatos políticos.
La cuestión es que el señor Cullinan ha decidido que se ha acabado (de momento) dar la tabarra con las modas de la descolonización y la ideología WOKE tan de moda en el mundo anglosajón (sic).
Cullinan no quiere ni oír hablar de ello y por tanto el British de momento, no habrá Agenda Política. EL BREXIT les ha dado ese privilegio y lo que diga la EU se lo pasan por el forro.
Comparar es feo, pero inevitable. Ustedes ya me entienden ¿Se imaginan semejante aberración en España?. ¡Gracias a Dios tenemos a nuestro Chavalote como garante de la Agenda Política en los museos del Gobierno de España!.
El nuevo director no es tonto. Sabe muy bien que precisamente, el público del British va a ver las miles de piezas expoliadas por los ingleses durante el apogeo de su imperio con morbo museístico.
A mi me parece que incluso, este Cullinan es de los que se camufla discretamente entre los visitantes y tiene y goza de auténticas erecciones coloniales cuando les oye murmurar “!Qué hijos de puta que son los ingleses! ¡Lo tienen todo!”.
El nuevo director asegura que “No habrá obsesión por resultar políticamente correcto en un museo cuyas colecciones, en gran medida, podrían etiquetarse como políticamente incorrectas según los criterios «morales» de la sociedad posmoderna”.
Cullinan, quien sucede al director interino Mark Jones. Además de salvar la reputación del museo, en su trabajo incluirá supervisar un plan maestro de 1.300 millones de euros que implicará una expansión digital y la renovación de sus 3.500 salas y galerías.
Aviso para navegantes. Yo si fuera un EcoCretino ni me acercaría al museo. Y en el caso del exministro de antigüedades de Egipto, Zawi Hawas reclamando la Piedra Rosetta, menos todavía.
Cuentan que una de las innovaciones, será una célula fotoeléctrica que cada vez que se cruce y entre en la sala 18, donde están el 37% de los frisos del Partenón, sonará el Rule Britania a todo trapo.
¿Esta actitud del inglés puede iniciar un cambio?. El British es un referente museístico, menos para los franceses que se creen el nuevo Faro Cultural que Ilumina a Europa, y que sin entrar en paranoias conspiranoicas, huele a lo que huele, sobre todo después de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos con más símbolos e iconos que en la Gran Logia de Francia y el manual Illuminati bávaro de 1776 juntos.
También a los griegos les recomendaría que no parasen la producción en resina de las reproducciones de los Mármoles de Elgin, o si lo prefieren, del Partenón porque de las originales no van a ver ni una.