En los últimos años, nadie ha quedado indiferente a la proliferación de pintadas vandálicas e ilegales que destruyen la imagen de Palma.
Estas pintadas están a la vista de todos sobre los muros de las fachadas, puertas, señales de tráfico o mobiliario urbano pero también las realizan de forma clandestina sobre bienes catalogados de interés histórico y cultural. No hablamos de grafitis o de expresiones artísticas realizados con autorización. Estamos hablando de pintadas que van desde firmas de autoafirmación hasta mensajes ideológicos que degradan la imagen de Palma.
El patrimonio histórico y cultural se transmite de generación en generación siendo indispensable para crear nuestra identidad colectiva y para entender la civilización universal. También se trata de un gran recurso educativo y, por supuesto, económico.
La Constitución Española (art. 46) y el Estatuto de Autonomia de las Islas Baleares (art. 18.3) garantizan la conservación, protección y la promoción del patrimonio histórico y cultural. Además, el marco legal dispone tanto de una ley en el ámbito estatal, Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español como en el ámbito autonómico con la Ley 12/1998, de 21 de diciembre, del Patrimonio Històrico de las Islas Baleares.
A nivel local, el propio Ayuntamiento debe hacer cumplir su ordenanza municipal de 2017, ordenanza de limpieza, deshechos y residuos sólidos urbanos del Ayuntamiento de Palma. En este sentido, la política de gobierno debe abordar esta problemática desde diferentes ámbitos basándonos en tres ejes: intervención, sensibilización y disuasión.
En primer lugar, urgen intervenciones de limpieza. Es necesario agilizar los procedimientos administrativos y que se cumplan los requisitos técnicos. En algunos casos, la actuación debe ser inmediata como por ejemplo en Es Baluard del Príncep o la muralla renacentista de Palma.
Igualmente, se deben impulsar medidas de concienciación social. Establecer estrategias educativas de prevención de pintadas y actos vandálicos en centros escolares, centros culturales y deportivos municipales y otros, con la participación de técnicos municipales, con el objetivo de transmitir los valores del patrimonio histórico y la necesidad de su conservación, así como dar a conocer la dificultad técnica y el coste económico de la limpieza de las pintadas.
El fomento de las prácticas cívicas en el ámbito del arte urbano, en colaboración con las asociaciones juveniles y vecinales, creando más espacios de reconocimiento público de arte urbano son beneficiosos en contraposición a las pintadas vandálicas.
También sería viable, la creación de un certamen de artistas urbanos que, de acuerdo con las asociaciones de comerciantes, restauradores, comunidades de propietarios y particulares y asociaciones vecinales puedan expresarse artísticamente pintando los muros de las fachadas de edificios y/o barreras de los mismos, con un apartado de premios en la Nit de l'Art de Palma.
Por último, son necesarias también medidas disuasorias, intensificando la vigilancia policial y agravando las sanciones. El agravamiento de la calificación de la infracción debe ser a la condición de muy grave (ahora es infracción grave del art. 68.10) y con ello de la cuantía de las sanciones previstas en la ordenanza municipal de limpieza, desechos y residuos sólidos urbanos cuando las pintadas hayan sido sobre monumentos históricos o edificios catalogados, con exigencia de reposición de la situación alterada del bien a su estado originario mediante la obligación de indemnizar por los daños y perjuicios causados.
En este punto cabe destacar que la responsabilidad civil de los menores, se debería extender a sus padres y/o tutores en el pago de las multas y perjuicios irrogados a particulares y entes públicos.
Sin lugar a dudas, cuando las acciones vandálicas se producen sobre património catalogado o histórico, se debería paralelamente acudir a la vía penal, al tratarse de un delito tipificado, y así asegurar la protección del patrimonio histórico artístico.
Por último, la vigilancia de la Policía Local se debería reforzar incorporando nuevos medios tecnológicos como cámaras de vigilancia en puntos estratégicos de la Ciudad de manera consensuada con Delegación de Gobierno.
También es necesaria colaboración de la Policía Local con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y con otras administraciones a fin de evitar la impunidad y perseguir el vandalismo organizado y sistemático en el patrimonio e imagen de la ciudad de Palma. La coordinación entre administraciones des de vital importancia.
Tenemos el deber moral de conservar el patrimonio histórico cultural en las mejores condiciones para las futuras generaciones y de comunicar sus valores y beneficios a la sociedad.
Jaime Martínez Llabrés
Arquitecto y Candidato (PP) al Ayuntamiento de Palma