Lo del British Museum es de traca o como comenté en su momento con los museos alemanes, una cuestión de Karma.
Los muy jodíos se han pasado más de 100 años negándose a devolver piezas de sus museos a los países que ellos consideran tercermundistas. Los grandes museos europeos (menos el Prado hasta donde yo sé), no ha sido otra cosa que sus escaparates de la gloria preterita y almacenes de botines de guerra. Así se entendía la Museística Ilustrada.
El Reino Unido considera subdesarrollado a cualquiera que esté por debajo del paralelo 48º y a los del resto del Continente unos degenerados, y por tanto está orgullos de marcar diferencias ya sea con o el Brexit, conducir por la izquierda, sus Salas de Subastas, sus sándwiches de pepino, la moqueta en el wáter y otras lindezas que ya se remontan a Gibraltar y la Casa de Lancaster. Hasta en los robos son diferentes. No son violentos y hasta tienen cierto encanto, como aquel del tren de Glasgow.
En cuanto a sus museos, están tan orgullosos de su saqueo colonial que están blindados por el parlamento y la ley, pero este último año ha sido prolífico en cuestiones revisionistas y negacionistas, sobre todo por parte de países tercermundistas, Oh my God, How ungrateful !.
El gran argumento de los museos británicos para no devolver nada, ha sido la seguridad y ellos como garantes de su preservación para las generaciones futuras. “Si lo devolvemos, estos desgraciados en el mejor de los casos, lo van a romper…”, era la excusa,
El robo de arte en los museos es cosa de países civilizados y el British es el más civilizado de todos ellos. Es cierto que ha sufrido pocos robos y lo robado tiene poco recorrido en el mercado, porque robar algo en el British es únicamente para esconderlo y mirarlo sólo cuando uno se sienta en el baño ya que la mayoría de piezas no se entienden fuera del contexto del museo. Tambien es cierto que el hecho que quizás la mitad de la gigantesca colección del Museo Británico, compuesta por unos 8 millones de objetos, nunca haya sido catalogada completamente se ha convertido en un asunto de gran interés público.
Tal vez lo que les ha descuadrado haya sido la técnica del “tacita a tacita” y que ha practicado el amigo Peter Higgs durante 30 años “¿Y no se habían dado cuenta?“ , Se responde con usted no sabe lo que hay que clasificar todavía en el British y eso que el tipo lo venía anunciando en entrevistas. Una en 2002 y otra en 2021.
Tampoco hay que escandalizarse demasiado. Chorizos hay en todas partes y en Inglaterra mucho más de lo que imaginamos. Lo que pasa es que el personal es muy impresionable y después de ver Downtown Abbey y The Queen, todo el mundo se piensa que en el Reino Unido, todo el mundo es respetable, comedido y va a las carreras de Ascot con frac y chistera.
Por cierto ¿Recuerdan el magistral “!Mueve ese cochino culo, asqueroso penco!” de Audrey en May Fair Lady?. Pues eso. Con los ingleses frotas un poco y sale la mierda como lo de Andrés el Cochinote, Robin Symes el Súper Dealer, Boris el Verbenas y así hasta Sir Francis Drake el Toca Huevos, para no hacerlo muy largo…
¿Qué va a pasar? Poco, la verdad, más allá de dimisiones y que los países reclamantes suban el tono de sus pretensiones y reproches, coyunturas que a los ingleses en realidad, les pone especialmente cachondos para demostrar así su superioridad histórica, comportamiento civilizado y sacar a relucir su flema británica.
Lo que pasa es que al British Museum se le tiene muchas ganas desde hace tiempo por la arrogancia de sus colecciones . Grecia, Nigeria, China, Ghana, Egipto y un largo etcétera ex colonial y hasta en casa, el propio Gales les encanta poder hacer leña del árbol caído, pero pasar, va a pasar poco. De momento están digiriendo lo de Higgs, que ya no es poco.
Sir George Osborne, el presidente del British Museum es un nuevo Nelson, que pilota la nave con maestría y este robo no ha sido todavía su Trafalgar, ni mucho menos. Rule Britania!.
Yo siempre recomiendo un bowl de palomitas y leer Pecados del Arte, porque desde luego este nuevo serial no ha hecho más que empezar y es más adictivo que la serie Sherlock o The Black List. Y con esto aclaró, que yo lo de los canales y plataformas me lo paso un poco bastante por el forro y que la realidad supera a la ficción de largo.