De hecho ya estaba tardando. Después del puyazo que le metieron al pobre árabe, era de esperar que intentara rentabilizar el asunto. Ni si quiera los franceses quieren tenerlo en Louvre, pero sobretodo era cuestión de resarcirse de lo que el hipócrita mundo del coleccionismo susurra a voces
¡Menuda tomadura de pelo!.
No se sabe que comisión se llevó la sala de subastas por la venta del cuadro más caro jamás vendido. Lo habitual es un 30%, y si fuera así , sería desde luego igualmente la mayor comisión cobrada, por tanto ya han pagado a los expertos y a la costosa campaña de marketing que hizo posible que nadie dudase que aquel cuadro era de Leonardo y no de Berbardino Luini.
El propietario, aquel marchante suizo tampoco se cree el pelotazo que pegó, aunque es de suponer que se lo está gastando en seguridad privada para evitar que el cliente ruso a quien se lo compró antes, para luego venderlo por cuatro veces su precio, no le rompa las piernas.
El Salvator Mundi estaba condenado a convertirse en NFT para mayor orgasmo de mitómanos del Pop Art, porque al final el cuadro, se ha convertido en un fenómeno de masas y el icono más esperado de los últimos años por los jóvenes millonarios que compran estas cosas.
La imagen será acuñado por ElmonX, una plataforma de activos digitales, en colaboración con la empresa internacional de licencias de imágenes Bridgeman Images. Si alguien cree que el árabe no controla (o no es el dueño directamente) del tinglado para especular directamente con su propia obra y revenderla en porciones, es un ingenuo. Sino al tiempo…
¿Se imaginan cual será la porción más cara? Exacto, El Orbe (la bola de vidrio). A mi el rostro de este Cristo me sigue recordando a Salai, el discípulo bien amado de Leonardo. Es posible , sólo posible, que el mercado NFT recupere con el lanzamiento de estas acuñaciones de obras maestras cedidas por las grandes instituciones como la Gioconda o las Ninfeas de Monet, reaviven en parte este segmento del mercado del arte, después del desprestigio acumulado ante varias estafas millonarias que plataformas han llevado a cabo y como se han ido explicando en Pecados del Arte.
Es difícil que el lector entienda como funciona esto de las NFT. De hecho, yo tampoco lo tengo demasiado claro, ya que el mercado NFT no está regulado y cada plataforma aplica su propio modelo de negocio, que en principio sería una subasta de porciones o íntegramente de la obra en cuestión, luego vienen las reventas, pero sin tener claro si suben o bajan como las criptomonedas.
Un tipo de negocio que está enfocado a los cientos de miles de nuevos coleccionistas. Una forma de democratizar algo tan exclusivo como es el arte por su escasez, entre un nuevo mercado de chavales supermillonarios, acostumbrados, a comprar y vender criptos, como fórmula de inversión o juego de la bolsa.
Ya verán como en pocos meses , la noticia no será el disparatado valor del cuadro en si, sino como el moro le ha sabido sacarle provecho para resarcirse de aquel acto de chulería y arrogancia que cometió en 2018, aunque yo sinceramente, no creo que las ventas de NFT del Salvador Mundo, alcancen los 450 millones de dólares.