REDACCIÓN- El anonimato de Banksy puede tener los días contados. Después de casi treinta años de jugar al gato y al ratón y reivindicarse como el mayor exponente del arte urbano, el grafitero del estarcido podría tener que revelar finalmente su identidad en el Alto Tribunal de Londres tras la demanda por difamación presentada por Andrew Gallagher propietario de la empresa Full Color Black contra Robin Gunningham, una de las posibles identidades del artista de Bristol, y contra la firma Banksy Pest Control Ltd, la empresa encargada de vender sus obras.
La demanda se produce a consecuencia de una publicación de Instagram realizada por el artista en noviembre de 2022. Como ya se informó entonces desde Pecados del Arte
Al parecer, Gallagher, alega que la publicación contenía palabras difamatorias que se referían a él y su empresa y reclama cerca de 1,5 millones de euros en daños y una orden judicial para prevenir futuras difamaciones.
La verdadera identidad de Banksy nunca ha sido confirmada aunque ya En 2016 , un estudio realizado por científicos de la Universidad Queen Mary de Londres afirmaba haber descubierto la identidad de Banksy mediante el uso de perfiles geográficos, una técnica utilizada para atrapar a criminales en serie.
La elaboración de perfiles geográficos es una técnica sofisticada de análisis estadístico utilizada en criminología para localizar a los reincidentes. Los científicos buscaron una correlación entre 140 obras de arte en Londres y Bristol atribuidas a Banksy, y 10 nombres comúnmente promocionados que pretendían ser el escurridizo artista callejero.
Después de comparar los puntos críticos con información de acceso público en la lista de 10 posibles “candidatos” de Banksy, los investigadores descubrieron que cada uno de los puntos críticos eran lugares donde vivía o frecuentaba Gunningham, un nombre identificado o asociado al pseudonimo "Banksy".
En 2013, Arturo Pérez Reverte, nos adentró en estas cuestiones del anonimato del grafitero en su interesante novela “El francotirador Impaciente”.
La identidad del artista callejero era un secreto a voces y precisamente el mercado del arte aprovechó esta circunstancia para revalorizar Su obra. En 2018 Sotheby’s montó aquella Subasta- Performance en la que la obra “Game Chager” de Banksy, se autodestruyó alcanzando los 1,5 millones de euros !Que rompedor!. En 2022 la misma pieza se volvió poner a la venta por 21 millones. Los subasteros de no dan puntada sin hilo...
¿Algún infeliz todavía se cree que se cobró “anónimamente” el Droite de Suite de aquella obra?.
Queda otra cuestión ¿Recuerdan cuando Banksy llamó al saqueo de las tiendas GUESS en 2022 a través de Instagram?.
Jugar al agitador de masas contracultura y anónimo no se puede, sobre todo llamándose Robin Gunningham.. ¿tal vez Robert Banks?