Pecados del Arte recoje en exclusiva unas preguntas dirigidas a los protagonistas de la última reclamación legal que afecta al yacimiento del galeón San José. Nos referimos a las comunidades originarias indígenas de Bolivia Killakas, Carangas y Chichas cuya reclamación ha cambiado el panorama de toda la discusión sobre el galeón.
Se trata de una reclamación que ha llegado a advertir seriamente a Colombia que cualquier operación de intervención unilateral sobre el galeón sería calificada como neocolonial por las comunidades indígenas. Su reclamación dirigida a España y a la UNESCO viene a solicitar que el galeón San José sea considerado patrimonio común y compartido de no sólo de España y de Colombia sino también de las comunidades indígenas. Piden que España ponga a servicio de este fin la inmunidad soberana que le otorga el dominio sobre el buque. Pero no buscan excluir a nadie.
Tata Reynaldo Quispe, de la nación Caranga, Tata Hilarión Mejía, de la nación Chichas y Tata Bernardino Colque Choque, de la nación Killakas, nos han respondido por escrito como autoridades de esas comunidades indígenas a nuestras preguntas.
“¿Por qué entienden ustedes que la República de Colombia debe tener en cuenta su opinión sobre el destino de los retos del Galeón San José?
“Nosotros los pueblos originarios tenemos una voz en los restos del galeón San José, tenemos derecho a que se oiga y a participar en las decisiones que afectan directamente a una parte de nuestra cultura e historia. Defender que los restos del galeón San José siguen siendo solamente culturales es parte de nuestra resistencia como pueblos. No queremos que se vendan, tampoco queremos que sirvan para facilitar el expolio de otros buques históricos de la Carrera de Indias. Por muchas razones, por el hecho de que mucho de su contenido fue extraído de nuestro suelo con tanto dolor los restos de esos buques son también parte de nuestro territorio ancestral. Contienen raíces de nuestra memoria, el testimonio de generaciones de nuestros ancestros que extrajeron forzadamente, transformaron y dieron forma a mucho del contenido de esos yacimientos. Para nosotros tiene un elemento espiritual y también sagrado en la misma manera que debería ser sagrado un cementerio para los españoles o los colombianos. Esos galeones también lo son. Colombia cometería un grave expolio, un acto brutal de colonialismo si decide intervenir el galeón sin nuestro consentimiento.”
¿Qué es lo que ustedes proponen para el futuro del yacimiento? ¿Qué les gustaría que ocurriese con el pecio?
“Nuestra propuesta es que el San José, como el resto de galeones hundidos de la Carrera de Indias, sea considerado patrimonio común y compartido. De los pueblos originarios, de España y de las Repúblicas americanas. Que en consecuencia se aplique el derecho internacional no solo el de una de las partes. Deseamos participar activamente en el proceso a través de nuestras autoridades tradicionales, y que los hallazgos se exhiban también en nuestra tierra para el disfrute de todos. Tal vez con un museo en Potosí. También pedimos que el conocimiento y la ciencia que generen esos restos redunde en el bienestar de nuestros pueblos. Queremos participar en el progreso que la investigación y la ciencia van a generar.”
¿Cuál es el peor escenario que pueden imaginar en esta disputa internacional?
“Lo que más tememos es que se ignore nuestra presencia y conocimiento, negándonos una vez más el reconocimiento como pueblos con identidad propia. Que se tomen decisiones unilateralmente, sin contar con nuestra voluntad y sin contar con el efecto que semejantes decisiones tendrán sobre el resto del patrimonio en aguas de Colombia y del resto de países americanos. Si el presidente Petro decide arrinconar el derecho internacional, el derecho de la familia de las naciones para hacer el galeón solo de Colombia, él sabe el destino que correrán el resto de galeones hundidos en aguas de Colombia y del resto de América, él sabe que serán presas fáciles para las industrias cazatesoros. Sólo siendo un patrimonio común y compartido pueden protegerse esos restos, puede servir al reconocimiento de nuestra historia, a la justicia y a la reparación. Sólo así servirán para una verdadera reconciliación de los pueblos”.
El abogado José María Lancho, un viejo conocido de las luchas legales frente a los cazatesoros y experto europeo en derecho de patrimonio subacuático, es quien representa la defensa de estas naciones. Nos ha atendido al teléfono: “La industria cazatesoros se lo juega todo con este asunto. Lo que se resuelva sobre el San José va a afectar a todos nuestros pecios. Si aceptamos excluir el derecho internacional, si negamos virtualidad a la inmunidad soberana el antecedente jurídico del San José va a ser formidable y se extenderá necesariamente al resto de galeones y buques históricos españoles hundidos en aguas de América. No habrá empresa ni Estado que no quiera su parte. La intervención de estas naciones indígenas representa un punto de inflexión necesario en este conflicto y obliga a repensar, lejos de la política electoralista y de callejón sin salida, desde el derecho internacional el destino de estos yacimientos”.