REDACCIÓN . Según datos del III Encuentro Internacional sobre Graneros Elevados que se ha celebrado en A Estrada (Pontevedra), la red internacional Horrea, asegura que la comunidad gallega suma más de 100.000 hórreos, convirtiéndose en el lugar con mayor número de graneros elevados del planeta.
Sin embargo, este tipo de construcciones tradicionales concebidas para guardar el grano existen en muchos otros lugares. Nuestros vecinos portugueses tienen 90.000, en Asturias hay 20.000, en León 700 y Cantabria, País Vasco y Navarra suman entre las tres un centenar.
La Red Internacional Horrea de Graneros Elevados Tradicionales tiene constancia de su existencia en más de sesenta estados del mundo. Los hay en México, Brasil, Turquía, en los Alpes, en Etiopía y hasta en Australia y Nueva Zelanda, donde el hórreo gallego tiene una versión denominada pataka implantada por marineros gallegos que en el siglo XVI naufragaron en las antípodas, una apropiación patrimonial que los maories ponen en duda…
Según explica el presidente de la red Horrea, Carlos Henrique Fernández Coto, alrededor del 15% de las construcciones están en peligro de ruina y el panorama puede empeorar con el progresivo abandono del mundo rural. «Los hórreos están en riesgo social. La gente ha perdido el orgullo de tener un hórreo y es lo que queremos recuperar. En Asturias tienen claro que quien tiene un hórreo tiene un tesoro, pero aquí no», explica Fernández Coto. «En Galicia los hórreos están muy protegidos. Todos los anteriores a 1901 son Bien de Interés Cultural (BIC), no como en otros lugares, que solo están protegidos unos cuantos concretos. Aquí todos están protegidos por ley como una catedral, pero en cambio eso no es garantía de que pervivan. No se pueden perturbar, pero a veces se dejan caer», lamenta.
El presidente de la red Horrea apunta a la despoblación del rural como el principal enemigo de la salud de los hórreos junto con el expolio. «Las aldeas se van abandonando, ya no hay grano que guardar y ya no hay nadie que cuide los hórreos. A veces los desmontan y los cargan en un camión. Hace poco pararon a un transportista en la frontera de Italia que llevaba un hórreo gallego desmontado», comenta.
Contra el abandono, la red Horrea quiere despertar el orgullo de tener un hórreo y concienciar a los dueños para que no estropeen su esencia. «Es mejor dejarlo como está que intervenir inadecuadamente con materiales como aluminio o cristal que se ven en algunos casos. Eso solo los destruye, los desfigura y descontextualiza», El presidente de Horrea tampoco es partidario de algunas reconversiones de hórreos en establecimientos hosteleros o turísticos. «Eso es fetichismo puro. Casi un enxebrismo. Eso ya no es un hórreo. Es otra cosa», dice sin aclarar que es “cosa”, ya que por su parte, sí defiende el proyecto Gran Suite del estudio Cenlitrosmetrocadrado, que adecúa el interior de un hórreo tradicional como espacio juvenil para el verano, con escritorio y zonas de descanso y almacenamiento.
Es decir, hotel no, pero si hostal de estudiantes…
NOTA DE REDACCIÓN: Enxebismo (en gallego): Amor forte que os galegos sentem por tudo o relacionado com a sua pátria. Incluidos los Patakas