Esto de la Ley de Patrimonio es lo que es. Una ley que se cumple o no, y cuando no se cumple una ley, ya se sabe. Palo. No obstante, las leyes están para mejorarlas o incluso cambiarlas y eso lo hace el Gobierno a petición del Parlamento y el Parlamento a través de esos a los que ustedes votan o votarán.
La nuestra, es una ley de patrimonio muy intervencionista y cada vez más restrictiva y posiblemente se enfrenta en muchas ocasiones a otros derechos, como es el de la propiedad, pero en nuestro país prima la conservación del patrimonio como un bien común. Un legado de nuestro pueblo y cultura que no debe perderse o malograrse.
Caso práctico es el asunto del expolio sistemático de los buscadores de tesoros, llamado “piteros”, por el pitido que emiten sus buscadores de metales. En su momento me puse en contacto con ellos a través del presidente de la Federación Española Deportiva de Detectores (FEDD) para conocer su opinión y ofrecerles la posibilidad de explicar a que se dedican, sobretodo porque su presidente es arqueólogo.
Como el muchacho es además un tipo “comprometido políticamente”, seguramente Pecados del Arte le debió parecer una publicación muy facha, ya que solemos publicar los logros de los Cuerpos de Seguridad del Estado contra los delitos contra el patrimonio y como el que más persigue esta actividad es el SEPRONA , es decir La Guardia Civil, ya no te digo más…También en su momento pedí al SEPRONA una columna para que explicase esto de los detectores de metales, pero la Guardia Civil es como es, y te remite al Código Civil y al Código Penal. La verdad es que a los guardias les haría falta un poco más de didáctica ,coño, pero también es verdad, que ese no es su trabajo.
Pero en el la Ley de Patrimonio 41.1, 41.2 y 42.3 y en el Código Penal, art. 323, verdaderamente está muy clarito. En las páginas web de las muchas asociaciones de Detectoristas, que es como les gusta llamarse, pone lo mismo: Se tiene que pedir permiso a las autoridades para su empleo. Si hay un yacimiento cerca ni hablar del peluquín y cuando se encuentre algo antiguo se comunica y entrega a la autoridad de patrimonio competente. Pero De la ley al hecho hay buen trecho…
Esto de los Detectores de Metales empezó a venderse por aquí, hace más o menos 10 años, se empezaron a vender por Ebay o Amazon. Si alguno todavía piensa que se compraban para buscar solamente moneditas en la playa, es que todavía no sabe quienes son los Reyes Magos o simplemente es tonto con papeles.
Luego está el otro motivo: Buscar y expoliar restos arqueológicos y lógicamente venderlos. En todos los casos se hace deporte no cabe duda. Se camina pacientemente, en algunos se excava y en la mayoría se sale corriendo con la Guardia Civil detrás.
Esto de los detectores de metales es un invento que viene de lejos. Como siempre es un invento militar concretamente de la I Guerra Mundial, cuando los contendientes sembraron de minas todo paraje que ocupaban o para aquellos obuses que no explotaron y quedaron enterrados. Los campesinos franceses de Verdún y el Somme fueron los primeros en agradecer el invento, después de que saltaran por los aires muchos vecinos y niños.
Recuerdo que España, también tuvimos una Guerra Civil muy hijaputa y que las trincheras cicatrizaron nuestra Piel de Toro de norte a sur y de Este a Oeste. Donde hay trincheras, hay granadas, obuses y minas, todavía activas y mucho imbécil suelto que no sabe ni donde pisa ni donde se mete. Tal vez sea otro motivo, no menos importante que el primero, para que estén prohibidos los detectores de mierda que a veces incluso pueden activar las viejas bombas ¿Todavía quedan bombas? ¿Y por qué no las quitan?. A mi que me cuenta. Ustedes no saben la cantidad de dinero que se gastaron en ambos lados en munición y bombas, como diría Gila. Muchas de estas trincheras están clasificadas como Yacimiento Arqueológico, así que al menos eso debería ser suficiente.
Por último hay algo que se a lo mejor se desconoce se ignora. Y es que todo aquello que está enterrado, es decir el subsuelo, es propiedad del Estado Español o si se prefiere de todos los españoles.