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La Lonja de Valencia: un Merendero Patrimonio de la Humanidad (UNESCO)
La Lonja de Valencia: un Merendero Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) (Foto: ©César Guadeño)

La Lonja de Valencia: el "lujo" de comer y beber en los escalones de un monumento Patrimonio de la Humanidad

La Lonja de Valencia: el 'lujo' de comer y beber en los escalones de un monumento Patrimonio de la Humanidad
Un turismo “respetuoso” y supuestamente de "calidad", que bebe, come, fuma, mancha y deja su basura en los escalones de un edificio con la máxima protección y reconocimiento internacional, ante la pasividad de un Ayuntamiento de Valencia.
  • Terracita Patrimonial

    Terracita Patrimonial
    primer turno de comidas (13:45 de un sábado cualquiera)

  • Terracita Patrimonial

    Terracita Patrimonial
    Segundo turno (15:00 del mismo sábado)

  • Terracita Patrimonial

    Terracita Patrimonial
    En Roma , sentarse en un sitio Patrimonial está PROHIBIDO.

  • Menú variado

    Menú variado
    Spain is Different...

  • Menú variado

    Menú variado
    En la Lonja no hay servicio de camareros...

  • Post Festum, Pestum

    Post Festum, Pestum
    Sin papeleras y carteles municipales que recuerden que al menos se recoja la basura

  • Post Festum, Pestum

    Post Festum, Pestum
    La basura se la barrerán por la mañana, por lo que no se recomiendan fotos nocturnas

  • Restos visibles

    Restos visibles
    Se supone que es refresco...

  • Restos visibles

    Restos visibles
    Los sillares son de arenisca y difícilmente limpiables

  • Restos permanentes

    Restos permanentes
    ¿Batido de chocolate? ¿Sangre?. Los sillares los conservarán para generaciones venideras

  • Colillas eternas

    Colillas eternas
    Las eternas colillas no podían faltar. Alguien las barrerá al día siguiente


  • La Lonja de Valencia: Un rincón romántico entre basura y desperdicios

CÉSAR GUADEÑO - El Circulo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural denuncia que La Lonja de los Mercaderes o de la Seda de Valencia lleva años ofreciendo la posibilidad de degustar allí un menú muy variado para aquellos visitantes que se acercan a sus escalones para comer y beber allí mismo. Una opción barata y muy cutre, propia de un turismo de calidad ínfima y de una educación y respeto nulos hacia nuestro Patrimonio de la Humanidad UNESCO.
Entre la rica variedad gastronómica que se puede degustar en este monumento podemos encontrar el clásico bocadillo de jamón y queso, preparado allí mismo con la materia prima comprada en el cercano Mercat Central, además de ensaladas y de todo tipo de tapas tales como aceitunas, gambas, patatas, y un largo etc. acompañado todo ello de una lata de cerveza o de un botellín (quinto o tercio).
Un sábado de mayo, a mediodía, una familia montaba un pícnic allí y preparaba las lonchas de jamón serrano, el queso y el pan para comerse un buen bocata en el mejor lugar de la ciudad. Una estampa habitual que puede verse de lunes a domingo, a la hora del almuerzo y de la comida, principalmente, y que algunas personas defienden bajo el paraguas de que esto lo convierte en un monumento "vivo" y "útil". Argumentos absurdos y contrarios a la propia declaración y protección del bien.
Un turismo “respetuoso” y supuestamente de "calidad", que bebe, come, fuma, mancha y deja su basura en los escalones de un edificio con la máxima protección y reconocimiento internacional, ante la pasividad de un Ayuntamiento de Valencia que no hace nada para evitarlo, en una clara muestra más de dejación de funciones.
El Ayuntamiento de Valencia, por acción u omisión, lleva permitiendo desde hace años que los escalones de las puertas y fachadas principales de la Lonja (plaza del Mercado y calle de la Lonja), además de los escalones de la calle lateral (calle Pere Compte), se hayan convertido en un lugar usual para que los turistas se sienten a beber y a comer, convirtiendo esta parte del monumento o en la barra y/o terraza de un bar. Una estampa vergonzosa y lamentable para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad por siu patrimonio y por su historia.
En las numerosas fotografías que hemos realizado en los últimos años, se puede apreciar perfectamente a turistas que beben, comen y fuman, a diario, manchando los escalones y la fachada, dejando su basura, restos de comida, envases, latas y las colillas allí.
Y es importante recordar que lo que estamos denunciando es el hecho de comer, beber y manchar esta parte del monumento, pero no el hecho de sentarse en los escalones a descansar. Son dos cosas completamente diferentes. Además, si tomáramos de forma literal y estricta el ejemplo de ciudades como Roma, tampoco se podría sentar nadie en esos escalones, ni a descansar, pues está terminantemente prohibido.
Lo más grave de este asunto, además del incivismo, la falta de conciencia y de respeto por nuestro patrimonio, es que el Ayuntamiento de Valencia conoce perfectamente el problema que llevamos denunciando desde hace años y dispone, además, de cámaras de vídeo vigilancia que graban 24 horas al día, 365 días al año. Aún así, nuestro consistorio se pone de perfil y sigue sin actuar, no tomando de momento ninguna medida para proteger los escalones del monumento y evitar estos comportamientos.
La mayoría de estos turistas comen y beben en el horario en el que el monumento está abierto al público, con las cámaras grabando y las imágenes visionándose en tiempo real en los monitores que tiene el monumento en su interior y que pueden visionar los funcionarios que allí trabajan. Sin embargo, ningún responsable de nuestro consistorio está evitando que la situación que denunciamos se siga produciendo, ni se está prohibiendo a los turistas este tipo de actividades y comportamientos contrarios a la importancia y categoría del monumento más importante de la ciudad.
La colocación de una señalética vertical advirtiendo de la prohibición de beber, comer, fumar, etc., acorde a la protección del edificio, y la presencia de la Policía Local en la zona, primero avisando y posteriormente y llegado el caso, sancionando, como se está haciendo ya en otros países con los escalones de sus monumentos, podría ser una solución a este problema.
El Ayuntamiento de Valencia también debería hablar con los restaurantes de la calle Pere Compte y con el hostel de la calle de la Lonja para estos informen a sus usuarios y sus clientes que ni los escalones, ni los alféizares del monumento son para sentarse o montar allí la barra del bar, dejando latas, vasos o, directamente, apagando las colillas y tirándolas allí. Un poco de comunicación y de concienciación no vendría nada mal para atajar de raíz el problema.
Mientras tanto, sólo podemos expresar la vergüenza e indignación que nos provoca tener que ver esto a diario. Mala educación, falta de respeto, cutrez y pasotismo absoluto de las administraciones públicas valencianas. No merecemos que nuestro Patrimonio de la Humanidad y su entorno de protección sigan ofreciendo esta imagen tan deplorable.
FOTOS © César Guadeño
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