No se que preocupa más. Sí el incremento de robos en museos en Francia desde los últimos dos años, o que pasa para que se robe especialmente en museos franceses, o el tipo de objetos que se roban en los museos franceses.
La cronología es la que es: En 2023 en el Museo de Saint Remy de Arqueología desaparecieron 130 monedas antiguas, En noviembre de 2024 se robaron 7 cajas de rapé históricas en el Musée Cognacq-Jay de Paris. En diciembre del mismo año, robo en el Museo Herión de arte sacro. El pasado septiembre, se robaron varias piezas de “oro Nativo” en Museo de Historia Natural de Paris. Tambien en septiembre y en el museo Adrien-Dubouché de Limoges, tres valiosas cerámicas. El 12 de octubre en el museo Jacques Chirac, ubicado en Sarran (Corrèze), cuatro hombres con pasamontañas y armados entraron en el museo mientras estaba abierto. Esta vez se marcharon solo con el dinero en efectivo, unos 300 euros, y un reloj de colección. No contentos, el mismo museo volvió a ser robado durante la noche del 13 al 14 y esta vez tuvieron más suerte: Robaron varios objetos valiosos, entre ellos relojes y joyas, valorados en más de un millón de euros. Todo ello regalos diplomáticos. Y para ¿ finalizar ?, el 19 de octubre han robado 9 joyas de la Corona francesa de incalculable valor en el mismísimo Museo del Louvre.
Siete museos importantes en menos de dos años. No está mal.
El tipo de objetos que se roban, son además piezas singulares. Piezas que difícilmente se van a poderr vender en el mercado negro porque son piezas históricas que estarían debidamente catalogadas y en el caso de joyas, hay que tener en cuenta que muchas veces la calidad de las gemas era menos valioso que el receptor del objeto. Es decir que en una tabaquera de oro y brillantes del rey Carlos III, tal vez los brillantes no sean excepcionales. Lo excepcional es el propietario y en todo caso el orfebre que lo realiza. Por tanto a veces el valor de las piezas tampoco hace que el robo sea tan rentable.
Son robos que en alguno de los casos por lo peculiar del objeto robado, no cabe más motivo de su hurto, que la devolución pactada, lo que se puede considerar, entra en la categoría de ArtNapping, ya que a menos que estos robos se realizasen por encargo, como decía anteriormente tiene un recorrido muy corto en el mercado, incluso el negro.
Queda la última pregunta ¿Por qué museos franceses?. Aquí se me ocurren varias opciones.
No puedo olvidarme de aquel pobre infeliz, Stéphane Breitwieser, que llegó a acumular más de 1.400 piezas robadas en museos locales de Francia, Suiza, Alemania, dejando al descubierto la flaqueza de este tipo de museos. Su seguridad. ¿Hablamos de un efecto CopyCat?.
Por otro lado recordar que se calcula que casi más del 80% de robos en museos están organizados o participados por alguien de “dentro”, lo que nos llevaría a preguntarnos ¿A quien se contrata en los museos?.
La última explicación es la más evidente. Los últimos robos se han llevado a cabo en el Louvre y en el Museo Nacional de Historia Natural, que no son poca cosa. Si además, en el caso del Louvre, la sala robada, la Galerie d’Appollon, resulta que está en la misma planta y en la misma ala, relativamente próxima a la joya del museo: La Mona Lisa. ¿Es una advertencia?.
Vemos que los robos se llevan a cabo a plena luz del día, con publico y sin violencia. Básicamente grupos de tres o cuatro ladrones (más el personal interno que presumiblemente involucrado, no se olvide) y salen tranquilamente ¿De qué medidas de seguridad museística estamos hablando?.
Quedaría una última opción. El desafío, la aventura, la notoriedad pública, pero prefiero no tener en cuenta esta última, porque sino el asunto puede tener otra consideración sociológica más grave.
Tampoco quiero pensar que a lo mejor, la Experiencia Museística, ha vulgarizado de tal manera los espacios museísticos, que cualquier mamarracho se ha podido creer que todo forma parte de la Experiencia.