REDACCIÓN- ¿Es rentable el robo de una obra maestra de arte? ¿Cuál es el recorrido de una pieza famosa en el mercado cuado se roba? ¿Mantiene su valor?.
El FBI estima que el robo de arte sigue siendo una industria que genera miles de millones de dólares al año, aunque gran parte se compone de robos de “bajo nivel” es decir, robos en colecciones privadas. Pecados del Arte ha contrastado con diversas fuentes locales y la opinión policial es similar. El robo de una obra maestra en un museo, hoy no es rentable.
Desde la década de 2010, estos delitos son muy mediáticos y gracias a la información digital globalizada, informativa y policial, convirtiendo la pieza robada en famosa, lo cual entorpece su “recorrido” y por otro lado hace que el ladrón deba desprenderse de la obra lo antes posible ya que la investigación policial se incrementa por la presión de la Opinión Pública.
Expertos en la materia como la profesora de delitos de arte Erin Thompson, del John Jay College of Criminal Justice en Nueva York, afirman que el Robo por Encargo, es cada vez menos habitual. “Se han detenido a muchos amantes del arte solitarios, sin escrúpulos y poderosos, desde dictadores hasta capos de la droga, pero no hemos encontrado obras maestras robadas en sus paredes ”. Por tanto hay que descartar la creencia común por la que imaginarnos a un multimillonario megalómano acumulando tesoros “prohibidos”. ¿Qué opciones le quedan al ladrón de obras maestras para rentabilizar su delito?. No demasiadas.
- Esperar una recompensa por parte del museo.
Cristopher Marinello experto en campo del arte robado, apunta que en el 80% de los casos, los delincuentes suelen esperar a que el museo anuncie una recompensa por la devolución de la obra. Pero esto no sucede siempre. Algunos museos se negarán a negociar con delincuentes y el riesgo de ser atrapados mientras cobran una recompensa es alto. Actualmente el Museo Isabella Stewart Gardner, mantiene una recompensa de 10 millones de dólares por 13 obras importantísimas robadas en 1990. Los ladrones ni han dado señales de vida.
El otro riesgo que supone que el museo no quiera pagar la recompensa y que el ladrón no pueda desprenderse de obra.
- Acudir a las aseguradoras.
Otras veces los ladrones acudirán directamente a la compañía de seguros para negociar su devolución. Thompson dice que sí hay cobertura de robo, las compañías de seguros generalmente ofrecen una recompensa sin preguntas por la devolución “Se puede obtener alrededor del 10 al 15 % únicamente del valor del cuadro”.
- La venta en el Segundo Mercado.
Sí la opción de la recompensa y la del seguro falla, el ladrón todavía tiene una tercera vía: Vender su botín en el Segundo Mercado. De nuevo el factor tiempo corre en su contra, a menos que por diversas razones no se haya denunciado el robo.
En los casos en los que se ha informado sobre el robo de la obra, el ladrón tendrá dificultades para encontrar un marchante de arte respetable, que no cumpla los protocolos de verificación.
Dicho esto, Marinello no duda en apuntar que todavía hay algunos mercados como Rusia, Arabia Saudita, China, Emiratos Árabes Unidos donde los compradores tienden a ser menos escrupulosos con respecto al origen de los objetos.
4. Internet y el mercado negro.
Según los expertos son las últimas y opciones que le quedarían al ladrón para mal vender su botín.
En 2020 se ofrecía una pintura de Van Gogh robada en un pequeño museo de los Países Bajos, museo Singer Laren en Laren. El detective de arte holandés Arthur Brand descubrió que el anuncio circulaba en paginas web relacionadas con las mafias, tratando de encontrar comprador.
El mercado negro, tampoco es seguro para lo ladrones. El especialista en delitos de arte del FBI, Christopher McKeogh afirma que existe un riesgo asociado con la venta: Los copistas “Se crean versiones falsas de obras robadas muy conocidas. Si se descubre una obra de arte robada en el mercado negro, es muy probable que sea una falsificación”. Por tanto el ladrón que tiene la obra original se encuentra con una competencia desleal que provoca la depreciación.
Se sabe que los traficantes de drogas utilizan obras de arte robadas como garantía de préstamos, y las obras de arte se pueden cambiar por armas. En estos casos, dice McKeogh, “siempre se espera que los ladrones sepan cómo cuidar lo que suelen ser artículos frágiles”.
A menudo, las obras terminan en manos de mafiosos que las usan como fichas de cambio, entregando información sobre su paradero a cambio de sentencias reducidas, como hizo un capo italiano que los usó para negociar una sentencia menor por tráfico de drogas con dos pinturas de Van Gogh que había robado del Museo Van Gogh en 2002. Ese también podría ser el caso la aparición misteriosa una pintura de Gustav Klimt que fue descubierta por 2 jardineros en 2020 en el jardín de museo donde robada en 1997.
El quinto y último camino para el arte robado es mucho más trágico. Según McKeogh “el mayor temor de un investigador es que un ladrón pueda entrar en pánico o frustrarse y destruir una obra de arte de valor incalculable”. Este ha sido el caso de muchos atracos, como del Musée d'Art Moderne en París, en 2010 en el que cinco pinturas robadas terminaron en el fondo de un canal.