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ROBOS Y MUSEOS, MUSEOS Y ROBOS

¿Cómo se llenó el MET?
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¿Cómo se llenó el MET? (Foto: ©Wikipedia)

¿Cómo han "llenado" los 35.144 museos de Estados Unidos?

No se trata de robos en museos, sino de los objetos robados y expoliados que todavía se encuentran en los museos norteamericanos.

lunes 26 de diciembre de 2022, 14:32h
la escultura del cartel, ya ha sido restituida...
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la escultura del cartel, ya ha sido restituida... (Foto: ©Bobak Ha'Eri)

En la mayoría de los casos, los conservadores desconocían su procedencia ilícita, aunque desde luego, tampoco fueron demasiado rigurosos a la hora de analizar cual era su verdadera procedencia.

Museo de la Biblia. Si busca algo del museo de Irak, este es su sitio...
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Museo de la Biblia. Si busca algo del museo de Irak, este es su sitio... (Foto: ©Museo de la Biblia/Alan Karchmer)
El Museo de arte de Filadelfia también está 'nutrido'
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El Museo de arte de Filadelfia también está "nutrido" (Foto: ©Wikipedia)

REDACCIÓN.- No extraña la sorpresa ante las noticias constantes de las restituciones de objetos culturales y obras de arte de museos occidentales. Desde que Pecados del Arte inició su andadura, hemos recibido infinidad de consultas sobre esta cuestión.

Es importante destacar que las restituciones por parte de museos se pueden diferenciar a grandes rasgos entre:

  • Solicitud de restitución a los museos nacionales de países que anteriormente fueron potencias colonialistas (Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Bélgica) por parte de los países que anteriormente fueron sus colonias y que por el motivo o procedimiento que fuera se hicieron con objetos cientos de miles de objetos que forman parte de su cultura.
  • Restitución por parte de museos e instituciones privados que acapararon objetos y obras de arte de dudosa procedencia.

Parece que no hay diferencia entre una y otra categoría; No la hay, aunque si podríamos diferenciarlos sí acotamos este concepto a la “procedencia legal” de las piezas, la cosa cambia…

Una realidad palpable es que la gran mayoría de las restituciones que prosperan y se llevan a cabo, es decir que no tienen motivo para ser rechazadas, son aquellas relativas a objetos y piezas cuya procedencia es ilícita. Es decir, objetos robados que se han adquirido de forma legal por parte de museos e instituciones tanto a salas de subastas, galerías como marchantes. El ejemplo más evidente es el entorno museístico norteamericano.

Entendemos que en la mayoría de los casos, los conservadores desconocían su procedencia ilícita, aunque desde luego, sí podemos afirmar que tampoco han sido demasiado rigurosos a la hora de analizar cual era su verdadera procedencia.

Mucho museo que llenar

La Alianza Estadounidense de Museos (AMM) a través del Instituto de Servicios de Museos y Bibliotecas (IMLS) comunicaba que en 2021, en Estados Unidos existían 35.144 museos activos. Tal vez la cifra no nos diga nada, pero si la comparamos con el segundo país del mundo con más museos, Alemania con 6.741 museos, la cosa puede producir hasta cierto vértigo. España cuenta con más de 1.700 museos…

La AMM considera como tales: Sociedades históricas, organizaciones de preservación histórica; Museos de historia; Museos de arte; Museos generales; Centros de ciencia y tecnología; Planetarios; Museos para niños; Museos de historia natural y ciencias naturales; Zoológicos, acuarios y centros de conservación de vida silvestre; Jardines botánicos y centros naturales.

Acotemos por el numero de museos por su categoría o especialidad:

Sociedades y organizaciones de preservación histórica: 16.869

Museos de historia: 2.635

Museos de arte: 1.583

Museos generales: 11.597

Total: 32.684 museos e instituciones especializadas en obras de arte y objetos culturales de todo tipo.

No nos olvidamos de las 123.000 bibliotecas donde también se acumulan cientos de miles de documentos históricos.

A bote pronto, podemos afirmar la suerte que tienen los americanos con tanto museo. Cada capital y ciudad importante, universidad o collage tiene el suyo. Los estados se sienten orgullosos de sus museos, bibliotecas e instituciones. Pero la cantidad es lo que ocupa a Pecados del Arte, sino la “calidad” de estas instituciones, sus procedimientos y finalmente los resultados. Es decir las reclamaciones.

Adquisiciones sin complejos

Una serie de rasgos importantes diferencian a los museos norteamericanos de los europeos: Su voracidad coleccionista debido a su reciente constitución. Su carácter privado, lo que también los alejaba de un procedimiento museológico y museístico standar . La competitividad entre museos en cuanto a la calidad o rareza de sus colecciones y su “Dispersión museística”. Por dispersión entenderíamos el escaso control de las instituciones gubernamentales ante tanto museo y “museíto” y lo que contenían, hasta que a partir de la segunda década del 2000, internet dejó al descubierto la realidad.

Una gran mayoría de los museos norteamericanos han recurrido para sus adquisiciones al segundo mercado, cuando no al mercado negro directamente quizás el caso del Museo Getty sea el más conocido, seguido de muy de cerca por el Metropolitan de Nueva York, aunque prácticamente cada mes podemos ver como otros museos también reciben solicitudes de devolución o restitución. Uno de los más grotescos es el llamado Museo de La Biblia en Washington DC.

Entre las 428 subastas reconocidas por Auction Daily, la infinidad de pequeñas subastas locales (miles), anticuarios y almonedas (decenas de miles) y casas de empeño (Pawn Shop), entre las cuales era prácticamente imposible distinguir entre comerciantes legales y peristas (compradores de género robado) ser proveedor de un museo era muy rentable ¿Cómo se llenaron sino hasta 1990 más de 18.000 museos?.

Es a partir del establecimiento de los mecanismos de control informático y digital desde los años 80, cuando se empiezan a detectar piezas de “extraña procedencia”. De nuevo recordamos que además de museos, hay 123.000 bibliotecas que también coleccionan documentos y objetos históricos. Aquí el control es más difícil.

Falsificaciones ¿Por qué no?

La museística norteamericana no sólo se ha nutrido de piezas originales y piezas de obscura procedencia. La falsificación y la réplica han tenido una importancia capital en nutrir las colecciones, sobretodo aquellos museos “menores” aunque los importantes no han sido menos.

Así pudieron surgir museos de todo tipo, muchos de ellos hasta bizarros como el Museo de la Tortura de los Ángeles (2ª más visitado después del Museo de Hoolywood) con objetos “inventados” como cinturones de castidad, etc., creando un relato museístico cuanto menos ameno por lo fantástico, buscando el entretenimiento más que la educación o la investigación.

Coleccionistas importantes no se ha ruborizado en reconocer que lo que más les importaba era quien había sido su dueño anterior, más que su autenticidad, como era el caso de la colección de John D. Rockefeller.

La cantidad de falsificaciones acumuladas en los museos americanos ha llegado a ser tal, que los expertos lo consideran excusable. “Así se formaban las colecciones”.

Por supuesto esta circunstancia favoreció sin lugar a dudas la proliferación y exportación de audaces falsificaciones desde Europa fundamentalmente y teniendo en cuenta el nivel de Expertisse de los curadores de los museos y las comunicaciones de entonces (hasta el 2006 no existe Google), se podría afirmar que los años 30 fueron los años dorados del Fake.

Caso aparte merecen los años de la postguerra, que aportaron a los museos norteamericanos la posibilidad de acceder a el patrimonio de los exiliados (entre ellos Elmyr de Hory) y por supuesto, tampoco no tuvieron reparos en adquirir obras de arte procedentes del expolio nazi.

¿Cómo empezó?

la creación de grandes museos en Estados Unidos coincidirá con su explosión económica del país a finales del siglo XIX e inicios del XX con la aparición de las grandes fortunas y que a imitación de la aristocracia europea, crean sus colecciones y posteriormente los museos.

La referencia del pasado será, primero Europa y posteriormente América del Sur. Para conseguirlas no dudaron aprovecharse y comprar a bajo precio (caso de España) o directamente llevar a cabo sus propias expediciones arqueológicas fundamentalmente en México y Perú a imitación de los ingleses y franceses, con un fervor “Americanista” (en vez de la Egiptomanía europea) centrándose en la arqueología azteca, maya e inca inicialmente.

Todo ello llevó a una practica continuada de compras que promovió el saqueo, expolio y falsificación en estos territorios para satisfacer la enorme demanda de museos y colecciones norteamericanas.

Los años más “fructíferos” y de crecimiento de las colecciones de los museos norteamericanos y bibliotecas, coinciden desde finales de los años 30’s hasta mediados de los 90’s: La segunda mitad del siglo XX con sus conflictos y guerras, Estados Unidos se convirtió en un país de acogida para refugiados y por supuesto para traficantes y ladrones de arte.

Los conservadores compraban a veces ingenuamente, otras no. Unas veces aceptaban donaciones a cambio de sustanciosas desgravaciones fiscales y en otros casos acudían a subastas de medio pelo que actuaban como peristas. En algunos casos se llegó a promover el saqueo y el expolio en territorio extranjero, como es el caso del Museo Getty en Italia y en otros no preguntaban demasiado como pasó en el Metropolitan de Nueva York.

Adaptándose a la museología actual

Sabemos que estas cuestiones no gustan. Todavía es difícil tener unas cuantificación exacta de lo que esconden los fondos de los museos americanos.

Lógicamente a medida que los muesos se crean a partir de 1990 (casi 17.000) estas instituciones se adaptan en su mayoría a la normativa internacional museística en cuanto a su definición y política de adquisiciones, otras continúan con su filosofía de institución privada creada con otros motivos, unas veces con más pasión que razón, otras veces a veces puramente espurios.

También es cierto que las autoridades americanas regulan cada vez más a estas instituciones conocedoras de las irregularidades que algunas han cometido y cometen y también es cierto que los museos e instituciones norteamericanas aceptan “deportivamente” las reglas del juego, ya que son conscientes en algunos casos de su turbio pasado.

Es cierto que las nuevas generaciones de directores y conservadores aceptan las restituciones a medida que se suceden, aunque sí se puede de la manera más discreta posible, pero el tema continua y continuará.

...El Ripleys también es museo según la AAM.
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...El Ripleys también es museo según la AAM. (Foto: ©NYHGuides)
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