Llega el verano y con él los riesgos habituales: intoxicaciones, overbookings, protección V50, niños impertinentes, Leticia Sabater, medusas…sin olvidamos de otros que pueden ser más complejos: fumar o no fumar, bailar o no, hacer el mamarracho en los conjuntos y monumentos patrimoniales y las multas consiguientes. Sino que se lo pregunten a Rosalia por pasearse en taconazos por la Acrópolis.
El turista-medio, popular y fuente de ingresos innegable, olvida estas cuestiones porque su única fuente de información sobre los destinos a los que se dirige, son los millones de Chats Viajeros o llamados de Life Style, donde la letra pequeña se esconde en los “términos de aceptación”.
La popularidad e incremento de estos soportes informativos han hecho mucho bien entre los Selfíticos, Fuddies, Travelers, Lifestilers, Healthers, Gilipoyers, Marujiters y otros tantos ers, que han conseguido superar su anonimato y tener su lugar en la sociedad gracias a las redes y portales. Las redes sin Influencer no sirve de nada.
Lo que hoy se llama Influencer, antes se llamaba Prescriptor. El influencer ha ocupado el lugar del prescriptor de una manera agresiva e impetuosa y lo que antes era Prestigio para el prescriptor, hoy son Likes para el influencer.
No hay mucha diferencia. En ambos casos son profesionales creados por los departamentos y agencias de Relaciones Públicas. Es una profesión bien remunerada y hasta hace poco discreta. Un buen prescriptor era discreto, no se le tenía que ver el plumero, para entendernos y sobretodo era un experto en las materias: Cultura y Arte, moda, gastronomía, viajes. Y según su especialidad, bagaje y experiencia, podía llegar al Olimpo y se le llamaba Critico. El Crítico era un dios. El influecer es un simple mortal y su reinado cuestionable.
Los medios (canales) eran entonces más limitados y selectivos, pero desde luego mucho más fiables (revistas especializadas, suplementos, prensa, radio, libros…) y garantizaban igualmente el target. Antes lo del target y GRP’s, también eran una obsesión.
En mis tiempos de Comunicación yo formé prescriptores. Por ejemplo, cuando trabajé para el Ministerio de turismo mejicano desde Chicago, instruyendo a los redactores de revista de novias americanos, que son una legión, para que recomendasen idílicos viajes de novios en Chiapas en 1993 o cuando se auspició a través de McDonalds la Asociación de Informadores Nutricionales. Como ven el tema de los Prescriptores y las RR.PP., ya era un asunto muy serio…
En cambio tiré la toalla cuando me pidieron formar a influencers. En catalán hay un refrán: On no n'hi ha, no raja (donde no hay, no mana…). Es difícil tratar con niñat@s empoderad@s por sus selfies en tanga, arrogancia, ignorancia y recién enriquecid@s. Aún y así el Influencer es útil y su publico no se fija en lo que dice. Quieren ser como ellos.
No se si hay Influencers suicidas, pero espero que lleguen pronto.
Muchos ministerios e instituciones oficiales no dudaron en denominarles Embajadores (casi se les pagaba como a diplomáticos) y se pusieron a loar las excelencias turísticas de los destinos.
No vamos a negar la simbiosis Patrimonio-turismo. Es una realidad, lo que tampoco no podemos negar es los peligros del turismo y el patrimonio y sus riesgos, ya no sólo su conservación, preservación, sino las otras…Muchos países como Grecia, España, Italia, Méjico, China empezaron hace años a promulgar severas normas para el visitante y multas por incumplirlas.
¿El influencer informa sobre ello? NO.
Sería deseable que como Embajadores, los influencers recibieran formación por parte de expertos sobre estas cuestiones y se les exigiera por contrato, la permanente publicación de estas normas, motivos y riesgo por incumplirlas, pero me temo que lo único que publicarían, serían sus morritos con el técnico al lado.,
Está claro, que si te haces selfies en tanga sentada en los sillares del Acueducto de Segovia, hablar de multas, rompe el encanto. O que si la firma de zapatos de la suela roja y taconazos te paga, no puedes decir que pasear con ellos por la Acrópolis esta prohibido. O no mola decir que bajar las escaleras de la Plaza de España de Roma en la mountain bike que se anuncia en tu chat , no es healthy , sino forbiden.
Es lo que se llama Conflicto de Intereses y de estás cuestiones éticas, los niñat@s empoderad@s por sus selfies en tanga y recién enriquecid@s no tienen ni puta idea.
Luego están los otros imbéciles con iniciativa propia, que se dedican a bajar por una pirámide azteca, bailando bachata al ritmo de los tambores ceremoniales en plena ceremonia indígena o tiene la feliz idea de meterse en las ruinas Pompeya en Vespa. Siempre filmándose, claro.
Y éstos, sólo tienen el conocimiento justo para pasar el día.