Recuerdo que una vez me invitó a desayunar una parejita muy cool y muy trendy y sobre todo muy bisoña, pidiéndome que les pusiera en contacto con clientes que tuviesen obras importantes para trocearlas virtualmente y ofrecerlas, para que sus clientes millonarios las compraran como NFT y proyectarlas en sus casas o en fiestas publicas. Me sorprendió la propuesta ciertamente. Cuando planteé la pregunta del millón ¿Y quién pagará a Claude Picasso los derechos por proyectar públicamente un trozo de la obra de su padre?, no supieron responder.
Ella fue más osada o imbécil y tuvo el valor de decirme “Usted es muy mayor, por eso no lo entiende”. Él fue más imprudente, “Bueno, como esto no está regulado todavía…”
Yo ya hace tiempo que no doy consejos a nadie porque la Consultoría se paga, pero cuando ves tal ímpetu, arrogancia e ignorancia, decidí como se dice en mi pueblo Llogar cadira i seure (alquilar silla y verlas venir) y descubrir hasta que punto “loz viejoz” como decía Guille, el hermano de Mafalda estábamos descalificados.
Aquellos jóvenes vikingos me explicaban entusiasmados que el arte ahora lo iban a comprar cientos de miles de nuevos multimillonarios ¿Quiénes? Pregunté mirando de lado a lado. Ella, volvió a repetirme la misma impertinencia: “Usted, no lo entiende”. Él fue un poco más avispado y me aclaró Cientos de miles de programadores de app que viven en el mundo de las criptomonedas…
Estaba claro que yo no sabía de que iba el asunto. ¿Creadores de aplicaciones? Si, ya saben esos chicos que se ponen a programar para infectar los móviles con aplicaciones imbéciles tipo “Encuentra a tu puta madre.com” o “Liga con la vecina de abajo.net” o “Mídete las tetas.org“ y que se están forrando. Estos jóvenes millonarios eran en su imaginario, los compradores de arte del futuro. Compran y venden entre ellos y se pagan en criptos.
Pero aquello de las NFT evolucionó. Como lo de trocear cuadros famosos sin pagar derechos no estaba claro, la gente que vendía NFT se decidió por que creadores que diseñaban monetes, ciber punks, pinturetas y otros monigotes. Los Frikis diseñadores de app estaban entusiasmados porque indiscutibles líderes de opinión y expertos en arte como Madona, Justin Beaber, Paris Hilton, el Rapero Kalhid y otros, les animaban a ello. En diciembre pasado se les demandó a todos ellos por fomentar un fraude con NFT falsos.
Ahora El NFT está muriendo. Está en sus últimas bocanadas precisamente por lo que advertí a los jóvenes escandinavos: No Respetar los derechos de los creadores. Los autores de “monetes, ciber punks y otros monigotes” tampoco están recibiendo los que les corresponde cada vez que se compran y venden sus creaciones, es decir royalties o Derechos de Autor, y que en el mundo de los adultos se llama Droite de Suite. Las plataformas no lo contemplan y además es criptopapel, (es decir, papel mojado), por tanto no hay creador NFT que quiera crear, ni se fía de la madre de quien los vende. Resultado: No hay producto que ofrecer ni con el que especular y el que queda, está bajo sospecha de fraude.
Ahora las empresas de NFT se van a dedicar a vender acciones en Criptos para participar en Juegos del Metaverso, ya saben, crear aldeas ficticias, plantar cebollas y tomates virtuales y ligar con la vecina digital del 2º y los monetes NFT que se hayan comprado antes, podrán interactuar para que el recochineo sea total.
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