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EDITORIAL

El coleccionista encabronado o como hacer el ridículo comprando arte

domingo 14 de enero de 2024, 13:47h

Hace unas semanas empezó en Nueva York el juicio por la demanda interpuesta por el oligarca y coleccionista ruso Dimitry Rybolovlev contra la Sala Sotheby’s.

He dejado pasar unas semanas para ver como evolucionaba el asunto y me fastidia decir que el asunto está terminando como ya predije en su momento.

Para no hacerlo muy largo les resumo paso a paso, pulsando el botón de los fallos cometidos que sonará con un ¡Meeec!, y para su mayor comprensión subrayaré en negrita donde está el error. De Nada.

El ruso tiene una de las mayores colecciones de arte del mundo y además es muy famoso y arrogante, y como todos los oligarcas judío rusos se creía intocable porque era muy colega de Putin. ¡Meeec! Primer error.

El ruso que no tenia putaidea de arte, (¡Meeec!) se puso a blanquear sus dineros comprando obras de arte como si no hubiera un mañana. ¡Meeec!

El ruso tenía un Art Adviser (asesor) suizo (¡Meeec!) llamado Yves Buvier del que nadie sabía nada (¡Meec!) .

El Adviser le hace comprar durante más de diez años obras de arte de primer orden a precios desorbitados, empleando un sencillo procedimiento. El asesor compra la obra y se la revende. Las operaciones proporcionan al asesor la bonita suma de más de 2.000 millones de euros de beneficios.

Para culminar el pelotazo que algún día debería estudiarse en las escuelas de negocios, el asesor compra un cuadro supuestamente de Leonardo por 83 millones, se lo endosa al ruso por 127, este se cabrea por el sablazo de 44 millones que le han clavado. Eso si, luego el ruso no tiene problema en embolsarse 323 millones por el cuadro cuando lo compra un morito despistado que pasaba por ahí.

Cuando el ruso se entera se entera que el suizo le está “sisando”, monta en cólera (¡Meec!) y en vez de asesinarlo para escarmiento de otros asesores pleitea con el adviser en paraísos fiscales, donde el Libre Mercado es dogma y donde el suizo tiene doble nacionalidad o residencia (¡Meeec!) y el es un simple oligarca malvado.

En todos estos juicios queda demostrado que el Bouvier ha hecho su trabajo y que aparte de haberse pasado con los precios y haberle metido a Rybolovlev unos "rejones indecentes" , no ha hecho nada ilegal. El vendedor ofrecía y el ruso pagaba. Lo que no queda claro es porque en diciembre el ruso retiró todas las demandas puestas contra Bouvier, librandolo de todo mal (!Meec!). Ahora vete tu a buscarlo...

Está claro que para que el Adviser suizo tuviese éxito, éste recurría a otro truco: Pedir a la Sala de Subastas Sotheby’s que enviase un informe de valoración con los precios que el suizo quería y que estaban más que hinchados.

No hace falta decir que el suizo compraba previamente a Sotheby’s en la mayoría de los casos. Y el ruso con todo el dineral que tiene, nunca verificó por otros cauces, métodos o profesionales si esos precios eran o no ciertos (¡Meeec!), fiándose únicamente de los correos electrónicos que enviaban desde Sotheby’s a sus abogados y que alguno también estaba compinchado (¡Meeec!). Como ve que el asunto no prosperará el ruso deja el asunto de perder dinero y prestigio en juicios contra Bouvier (!Meeec!).

Es de suponer, y esta es mi teoría, que después de enterarse del escandaloso chanchullo y viendo que nada podía hacer con Bouvier, aparte de demostrar es tonto del haba, por pleitear donde no debía, Dimitry Rybolovlev intenta reveender a Sotheby’s las obras compradas (¡Meeec!) y Sotheby’s le habrá dicho que vale, pero a su precio normal, es decir sin los sobreprecios por los que las compró al Yves Bouvier (¡Meeec!) porque al mercado no interesa semejante subidón de precios.

Y entonces , y este es el caso que nos ocupa, el ruso arremete contra Sotheby’s y en Nueva York (¡Meeec!) creyendo que la fiscalía americana encontrará similitudes en su caso como cuando se hincharon ilegalmente los precios de la bolsa en 2007.

De momento el ridículo mediático está servido. A Dimitry Rybolovlev le ha engañado todo el mundo y el juez empieza a sentir lástima, dejando al jurado que son gente normal y corriente (¡Meeec!), que juzgue si al multimillonario le viene de 200 millones cuando él ha vendido un solo cuadro por más de 300 (¡Meec!) . Está claro que ser oligarca ruso en plena guerra de Ucrania (¡Meeec!) y judío en plena movida propalestina (¡Meec!).

El ruso tiene un problema con su servicio y su defensa se apoya en un fenomenal lío de cruce de correos electrónicos. Mucho me equivoco o el juez a Sotheby’s le pegará un tirón de orejas y aquí paz y después gloria, ya que lo de las tasaciones es tan relativo como el epígrafe que lo indica. Esa sería la otra gran enseñanza de este caso. Ojito con las Salas de Subastas que lo único que quieren es vender

Yo soy oligarca ruso y le meto una demanda a Dimitry Rybolovlev por daños contra el honor y proyectar que los rusos son tontos y víctimas propicias de salas de subasta y vendedores, es decir Mirlos Blancos.

Y por supuesto, más le valdría a Dimitry Rybolovlev comprar los derechos internacionales del famoso hit de los 60 “Tu eres Tonto, muchacho tu eres Tonto…”, de Lolita Garrido, porque se va a forrar y es lo único que va a sacar.

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