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EDITORIAL

ECoCretinos ¿Qué dice la Campbell Soup Co. y la Fundación Warholl de este Apropiacionismo artístico?

domingo 06 de octubre de 2024, 10:00h

Malos tiempos para el activismo EcoCretino: No tienen fondos para hacerse cargo de la defensa legal de sus Komandos y parece que pueden ir acabando en prisión como ha pasado recientemente en Reino Unido con las niñatas Phoebe Plummer y Anna Holland.

Con estas dos , ya suman 25 los vándalos juzgados y condenados por dedicarse a atacar el patrimonio artístico universal de todos, en nombre de una causa “ecológica” que sólo interesa a los incitadores de la movida entre los que destaca la nieta del magnate del petróleo Aileen Getty y otra aristócrata americana Rory Kennedy.

Que la Getty pague o sufrague algo de mottu propio es no conocer a la familia. El abuelo sólo pagó el rescate de su nieto cuando le enviaron la oreja del chico en una caja de quejo calabrés.

Viendo que los casos se les acumulaban y a tenor de haberse vistos colgados de la brocha, los EcoNazis emplearon una estrategia diferente desde hace unos meses: Incluir EcoYayos en sus Komandos, con la evidente intención de despertar la compasión de los Tribunales y que a este paso nos les van a condenar, sino obligar a sus familiares a que los tengan bajo custodia por evidentes trastornos mentales fruto de la edad. Circunstancia que obligará a la familia a la pesadilla de soportar a las historias de los abuelos cebolleta con ínfulas de activistas.

Viendo que los fondos para atender a los presos no llegan, Just Stop Oil ha creado una campaña de financiación en la que el que done cierta cantidad de dinero se le dará algo a cambio. En este caso una lámina que recrea las famosas latas de Sopas Campbell de Warhol. Hasta el momento no se sabe si la Fundación Warhol aprueba o no, este “apropiacionismo”. Las obras irán firmadas o no por el artista Myles Glyn (según el importe donado).

Las donaciones tienen diferentes rangos de aportación: desde los 250 libras hasta las 500 libras, donde recibirán una lata de sopa impresa a mano y un póster sobre la misma. Cualquiera que se sienta lo suficientemente generoso como para donar 1.000 libras incluso podrá tener la oportunidad de visitar a uno de los valientes manifestantes tras las rejas.

No se especifica si las visitas son para hacerse Selfies, TikToks o si también se tiene derecho a un bis a bis con el reo o la rea.

Hasta ahora, el grupo ha recaudado £13.000 (17.400 dólares) con el objetivo de recaudar £100.000 (134.000 dólares), que, según dicen, se gastarán en crédito telefónico, libros y artículos esenciales para los manifestantes en prisión, apelaciones legales, más latas de sopa y charlas y capacitaciones continuas para la acción directa no violenta. Se desconoce el significado de esta última partida.

Tampoco se conoce si a la Campbell Soup Company está de acuerdo o le hace puta gracia, que se la relacione en el asunto de los ataque contra el arte, y por tanto si no les va a caer por ese lado, una demanda por daños y perjucios, ya que mucho consumidor de sopas Campbell está totalmente en contra del lanzamiento de sopas. Asociar las Sopas Campbell con el vandalismo no es precisamente una buena imagen de marca.

Es de esperar que comprar más latas de sopa Campbell por parte de los activistas no servirá para fines benéficos, como lo es nuestra tradicional y socorrida Sopa Boba, y que se distribuye en conventos y casa de oración españolas con gran éxito y aceptación y de la que se han beneficiado según cálculos de la Hermana Cillera del convento las Clarisas de La Rioja, a más de 135.000.000 de pobres y peregrinos desde su implantación en el siglo XIII y sólo en España. Se desconocen los datos en otras provincias de ultramar de la Corona Española, que no colonias.

El coste de las restauraciones de las obras afectadas es alto. La última condena a las niñatas inglesas es porque los daños al marco del siglo XVII de los Girasoles superan los 12.000 €.

Finalmente, cabe preguntarse si el estado de la sopa empleada está en condiciones de uso y no caducada, ya que conociendo la formulación y contenidos de tan apetitoso manjar, es importante advertir que la manipulación de estos productos una vez caducados, encierra una peligrosidad inimaginable que podría considerarse un delito contra la sanidad pública.

De todos es conocido que en la guerra de Irak, en los arsenales de Sadam Hussein los verificadores internacionales no encontraron armas químicas, aunque si miles de pallets de sopa en lata caducada…

¿Nos encontramos pues ante una escalada de guerra química por parte de Just Stop Oil?.

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