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JORGE LLOPIS PLANAS

¿Se ha precipitado Alemania con los términos de nuevo Tribunal de Arbitraje para el expolio nazi?

¿Política de partido o verdadera justicia restitutiva?

domingo 02 de febrero de 2025, 10:00h

El pasado noviembre Pecados del Arte publicaba la creación en Alemania de un nuevo Tribunal de Arbitraje destinado a facilitar el proceso de restitución de bienes culturales saqueados y expoliados a los judíos alemanes durante el régimen nazi. A mediados de enero, se ha vuelto a modificar la norma para los procesos de reclamación en Alemania. Esta nueva medida sustituiría al anterior sistema de Comisiones o Paneles Asesores sobre Arte expoliado (Beratende Kommission).

La cuestión de la restitución del expolio nazi ha sido siempre un tema delicado para Alemania que ha presentado obstáculos administrativos con la simple y llana intención de postergar y aburrir a los demandantes en su, ya que muchas de estas obras de arte formaban parte de sus colecciones públicas. La actual ministra de Cultura Claudia Roth del Alianza 90/ partido Verde ha sido desde el incio de su mandato, una firme defensora de las politicas de restitución y descolonización de los museos y colecciones alemanas.

Las claves han sido varias: En primer lugar el procedimiento que se empleaba: Un comisión local (por cada estado) que debía estudiar individualmente cada solicitud y con capacidad unilateral para decidir si el objeto reclamado, era sensible a ser restituido. La configuración federal alemana permitía que la decisión que tomaban los diferentes estados defendiendo los intereses de sus museos, terminasen en punto muerto para los reclamantes. Esta cuestión federal de competencias parecia haberse solventado en marzo de 2024, unificando los criterios de los 16 estados federales.

En segundo lugar: Determinar si era posible aplicar el concepto de Prescripción Adquisitiva por parte del propietario actual (museos), según la cual , la compra realizada en buena fe y no reclamada en su momento (10 años después de la incautación de la obra), otorgaba al propietario actual la propiedad. Esta situación de acuerdo con el Derecho Civil alemán ha presentado serios problemas que se enlazan con el

Tercer motivo: Determinar el derecho del reclamante sobre la obra de acuerdo con el grado de parentesco con el propietario original afectado, es decir probar la propiedad y sobretodo el matiz más delicado: Demostrar que el bien había sido robado (expoliado) o si había sido incautado de acuerdo con la legislación vigente alemana del momento, las Leyes de Arianización de 1935 (Arisierung ), que jurídicamente en Alemania , Austria y Suiza quedaba catalogado con el término “Fluchtgut”.

Por “Fluchtgut” (bienes de la fuga), se catalogan en su procedencia obras de arte vendidas por judíos durante la era nazi para financiar su huida o comenzar una nueva vida tras perder sus propiedades, lo que debe ser considerado como Venta Forzosa.

Queda una cuarta cuestión que este nuevo tribunal debe solventar, las llamadas soluciones justas y equitativas que se recogen en cualquier Código Civil, cuando se determina devolver un objeto a su propietario original procedente de una nuevo propietario que lo hubiese comprado legalmente y en Buena Fe: Es decir recibir una compensación por la obra devuelta a quien la reclama.

La mayoría de las obras de arte reclamadas se encuadran dentro de este concepto del “Fluchtgut” y su posterior recorrido y cambio de manos legal. Pongamos un ejemplo que resumiría un caso sencillo y hasta habitual en el ámbito dómestico:

Una obra de arte se vendío de manera forzada en unas condiciones desfavorables para el propietario judío (siempre con depreciaciones superiores al 70% de su valor de mercado) a un comprador nazi. La obra cambió de manos legalmente y en muchos casos salió de Alemania, pero la obra en cuestión, no salió, y que el comprador nazi la vendió a otro “menos nazi” y que es posible que éste ignorase ingenuamente su procedencia original y la comprase en buena fe. De esta manera la pintura iniciaba un proceso de blanqueamiento que se reafirmaba con el paso del tiempo y diferentes nuevos propietarios. En algunos casos, estas piezas han acabado siendo donadas o vendidas a pinacotecas alemanas. Este seria un caso "sencillo", muy similar al del conocido cuadro de Picasso, "retrato de Madamme Soler" de las Colecciones de Baviera. Los herederos de Paul von Mendelssohn-Bartholdy, un banquero judío, sostienen que vendió el cuadro de 1903 bajo coacción y llevan muchos años pidiendo una audiencia ante la comisión asesora. Con el nuevo reglamento, es probable que los herederos deban empezar de nuevo el proceso de reclamación.

En enero de 2023 se renovaron los compromisos de los Acuerdos de Washington firmados en 1998. Alemania ha sido el país más diligente en subsanar y actualizar los escollos anteriormente mencionados y que ha dado como resultado la creación de este nuevo Tribunal de Arbitraje.

La nueva medida aprobada en enero , reemplazaría el anterior procedimiento de un panel consultivo, cuyas decisiones no eran vinculantes, por un tribunal de arbitraje, según el cual, tanto los demandantes como los poseedores (museos principalmente) de obras de arte supuestamente saqueadas deben consentir el arbitraje.

La reforma contempla incluso una cláusula de “mejores prácticas”, que establece que ciertos demandantes deberían tener posibilidad de reclamación, incluso si el actual titular de una obra de arte no da su consentimiento.

No obstante la medida, no ha sido bien acogida un grupo de abogados, historiadores y familias afectadas dijeron que el nuevo sistema planteado era "una bofetada en la cara para las víctimas" y que sólo empeoraba su situación. En una carta abierta al canciller Olaf Scholz enviada el martes, el grupo, liderado por el abogado suizo Olaf Ossmann (especialista en restituciones) y el historiador alemán Willi Korte, pidió al gobierno que congelara la reforma.

¿Cuál sería esa bofetada?

Según estos expertos «es deshonesto abolir la Comisión Asesora sobre el Arte Saqueado por los Nazis en la fase final del período legislativo y adoptar un nuevo procedimiento que es peor para las víctimas». Es decir , que los demandantes que ya iniciaron deberán volver a presentar sus reclamaciones de acuerdo con los requisitos de la nueva reforma.

Los firmantes están preocupados por el hecho de que el marco del nuevo tribunal no se haya discutido públicamente. También les preocupa que las víctimas que vendieron su arte a los nazis bajo presión en una operación de compraventa legal en su momento, sólo tendrán en el futuro un derecho muy limitado a la restitución.

Asimismo, declaran que el procedimiento de arbitraje previsto, sólo podrá invocarse con el consentimiento de los actuales propietarios (museos y colecciones privadas), contrariamente a las declaraciones del gobierno.

Según estos reclamantes, en lugar de mejorar el acceso a la justicia, la reforma excluiría a "grupos enteros de víctimas" y limitaría el derecho de restitución para otros.

Probablemente esta protesta por parte de abogados y expertos se resumiría en volver a la casilla de salida. También podría responder a motivos más próximos a un conflicto de intereses: Los honorarios profesionales de los expertos se basaban en un porcentaje según los resultados de la indemnización ¿Ahora deberán reajustarse a la baja? ¿Los demandantes estarán dispuestos a iniciar y PAGAR de nuevo los costos legales? ¿Este consentimiento por parte de museos para someterse al Tribunal no sería similar a la que se vivía anteriormente a enero de 2023?.

Son posturas razonables, sin duda, pero desde luego el esfuerzo del gobierno alemán por solventar una serie de humillantes actuaciones del pasado, parece que sería la más adecuada. El Consejo Central de Judíos en Alemania y la Conferencia sobre Reclamaciones Materiales Judías contra Alemania, una organización que busca obtener compensaciones para las víctimas del Holocausto, recibieron con agrado el nuevo tribunal. Los gobiernos federal y estatales consultaron a ambas organizaciones al redactar la reforma.

No cabe duda que esta reforma alemana podría ser un referente para otros países firmantes de los Acuerdos de Washington como Suiza, Francia, Reino Unido, Holanda o Austria entre otros (incluso Estados Unidos) y que sería el inicio para solventar un problema que está vergonzosamente en los tribunales de todo el mundo desde hace 80 años, sobretodo en Alemania, que siente como una losa su “responsabilidad histórica” como declara la ministra de Cultura germana Claudia Roth.

En el parlamento alemán no se olvida el asunto de la restitución de los Bronces de Benin y que se consideró incluso precipaitada, cuando no, casi una burla.

También queda una última pregunta ¿Por qué Claudia Roth parece estar intentando zanjar la cuestión, sin un pleno consenso entre todas las partes, antes de las elecciones de este mes febrero?.

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