Durante siglos, la ley francesa ha estipulado que los bienes artisticos de sus museos, son de propiedad estatal e "inalienables". Para moverlos se requiere la aprobación de una ley específica, del parlamento muy similar a las leyes británicas que amparan la inviolabilidad del British Museum. como en el caso inglés y también durante décadas, finalmente el parlamente ha denegado la devolución de estas obras.