El asunto viene de Estados Unidos, concretamente del Museo de Arte de Nueva Orleans, donde se están preparando para una buena: Las redes Woke arden como en el incendio de Atlanta ya que el museo ha contratado a una blanca como conservadora de la sección de Arte Africano. La señora en cuestión se llama Amanda M.Maples y es blanca, de aquellas lechosas que se ponen como gambas en Salou y con un poco de cara de pasmo, todo sea dicho. Por lo visto nació en Carolina del Norte y poco más se sabe sobre su biografía según Linkedin.
Profesionalmente a mi me parece más que válida para el puesto. Amanda Maples procede del Museo de Carolina del Norte, donde ya ejerció como conservadora también de la sección de Arte Africano y anteriormente como conservadora de Arte Africano e Indígena en la Universidad de Stanford. Probablemente sabe un poco bastante de Arte Africano, que es por lo que la contrata el museo de Nueva Orleans. También les digo que el considerado Arte Africano de antes de 1950, se estudiaba en las asignaturas de antropología, religión y etnología, áreas en las que Miss Maples es doctora y master.
A nivel personal no me he metido a fondo. Amanda es más clara de piel que Blancanieves. No he encontrado el apellido Maples en el anuario de las sororities vinculadas al Ku Klux Klan, como Kappa Gamma, Alpha Kappa Alpha o Sigma Alpha , ni de la Universidad de Santa Cruz de California donde es doctora, ni en la Universidad de Kent donde tiene un master en Antropología , ni en su universidad natal de Carolina del Norte, licenciada en antropología. Aclaro que las sororities serían el equivalente femenino de las fraternities (hermandades universitarias) conocidas por películas como Porkies o Esencia de Mujer y son la cantera de las animadoras de fútbol americano (Cheerleaders) crear clubs de lectura y no sé si sirven para algo más. Me refiero a las Sororities, y sino que se lo digan a Hillary Clinton que era de Alpha Kappa Alpha...
Tampoco se sabe si los Maples se dedicaron en el pasado al tabaco o al algodón lo que nos indicaría una tradicional costumbre por la mano de obra gratis y afición al látigo. Es más, no se sabe siquiera cuando llegaron los Maples a Estados Unidos, si antes o después de que Escarlet O’Hara declamara “A Dios pongo por testigo”. Tampoco se les meciona en la bibliografía de Mark Twain , ni parece que estén vinculados al asesinato de Luther King. Sólo se sabe que los Maples son blancos y la doctora Amanda M.Maples es más blanca que una princesa Disney, y por lo visto no es la adecuada ni está capacitada para trastear ni en las colecciones afro americanas ni las africanas, según las incendiarias e "indispendsables" redes Woke del pensamiento único.
Yo viví en USA hace años. Entonces existían dos tipos de ciudadanos de pigmentación oscura sociológicamente hablando: El norteamericano negro y el afroamericano. Por aquel entonces no superaban entre ambos el 20% (años 90) de la población y que hoy son franca minoría respecto al latino, en sus múltiples variantes y que recomiendo reconocer si se quiere prosperar en el país de la esquizofrenia bipolar (antes Estados Unidos). Es muy fácil. Todo aquello que suene peyorativo como chicano, portorriqueño, marielito, ganguero, mestisso, indian, caribean, olive, es de procedencia o herencia hispana. El resto de grupos o subgrupos etnicos nortemericanos tienen el privilegio de poner el "American" al final, identificando su origen: Deutch American, Italo Americans, China Americans, Afro Americans y asi hasta las casi 49 variaciones básicas probables.
¡Pobre Miss Maples!. Espero que en breve el museo de Nueva Orleans emita un comunicando aclarando que Amanda, si bien no es negra, es al menos transgénero , lesbiana o pansexual como poco, mestiza- albina, Pantera Negra o ecocretina de Cimate Emergency Fund, méritos curriculares imprescindibles para ser conservadora de la colección de arte africano del Museo de Arte de Nueva Orleans.
Lástima que el museo denuncie el asunto como una cuestión de discriminación racial, que es de lo que se trata realmente.