Resulta difícil entender en el país de Culo Pegado al Asiento, es decir España, un tipo dimita de su cargo y si es público ya mejor ni hablar. Como se puede suponer esta majadería de “dimitir” sólo pasa fuera. En Inglaterra y Alemania se lo toman más en ferio. en Francia no tanto como ya he explicado estos meses. De hecho los fanceses son los inventores del Culo Pegado al Asiento, aunque no les gurte reconocerlo....
Por tanto, en España estas noticias de renuncias como resultado ético y de un acto personal de responsabilidad, deben tomarse como lo que son, ¡Una provocación, coño!. ni más ni menos.
Que en España un alto cargo, pudiese asumir como suyo el fracaso de tener a un contratado que le haya salido rana, es simplemente una irresponsabilidad que únicamente sólo puede llevar al desorden, huelgas y alarma funcionarial.
En nuestra Piel de Toro, lo de dejar el cargo, la poltrona, el chollo o llámesele como quiera es tan imposible y antinatural como ver a un reptiliano haciendo de monagillo en misa.
Así pues la dimisión del director del British Museum, el historiador alemán Hartwig Fischer, asumiendo su error por tener al empleado “mangui” Peter Higgs en plantilla, no debería ser tomado, sino como una excentricidad británica de mal gusto, que sólo despierta alarma sectorial de manera innecesaria.
Puede que al tal Fischer, el cargo le viniese grande, ya que realmente desde su llegada en 2015 no lo ha tenido fácil al frente del British Museum, todo sea dicho: La movida de los Mármoles del Partenón y las ridículas ocurrencias que se han dado a Grecia; La guarrería de las Bronces de Benín y del Oro de Ghana; Aguantar al plasta de Zahi Hawass reclamando la Piedra Rosseta y recientemente ver que pasa con las joyas de la tatarayaya Victoria. Ver como le pueden desfondar el museo no es plato de gusto, sinceramente .
Si a esto le añadimos cuestiones “domésticas” como el cierre del Museo durante dos años por la Plaga; El coñazo del movimiento revisionista colonial y el consiguiente desprestigio institucional y mediático; Las interminables reformas del museo (ustedes no saben lo que es discutir con un albañil inglés sobre el color del alicatado de los baños) y para terminar con el descubrimiento del robo “tacita a tacita” que lleva realizando el conservador de Grecia y Roma, y que se ha descubierto recientemente que podría superar la ¡1.500 piezas!, son situaciones que uno sinceramente, no se esperaría lidiar cuando lo contratan para dirigir tan insigne museo..
En mi humilde opinión el tal Hartwig Fischer al final ha pillado el portante y les ha dicho a los del British, “Estoy hasta los mismísimos de comerme vuestros marrones británicos”.
Puede que los 2,3 millones de euros que ha cobrado como director del British durante estos 7 años (248.000 libras esterlinas al año, 290.300 de nuestros euros), no le compensen los sofocones o simplemente que sienta una terrible añoranza de su Hamburgo natal y del típico Schwarzenauer una sopa negra con entrañas, que da grima verla en fotos. De hecho, ya ha tardado demasiado…
También podría ser, sólo es una suposición, que todo este numerito de la dimisión del director del British como un acto de Suprema Autoinmolación en Nombre de la Honestidad, no sea tal.
El pasado junio ya se sabía que Hartwig Fischer, terminaba el contrato como cargo de director del British Museum a principios de 2024 y ahora que el tal Peter Higgs lleva años vaciando los fondos del museo ante sus propias narices .
No se si me entienden, los ingleses son muy largos y aprovechando que el Tamesis pasa por Oxford, el tal Fischer dimite por incompetente antes de terminar el contrato y de esta manera se ahorran pagarle el finiquito , los pluses y los bonus y de paso, el bochorno.