FBI

Al museo le preocupan tres factores: Saber el numero exacto de piezas desaparecidos. La dispersión de las piezas y la devolución desinteresada puesto que se compraron en buena fe.

El expolio y saqueo llevado a cabo por las propas aliadas en Japón, Alemania y Austria durante el periodo de ocupación hasta 1955, sigue siendo un tema incómodo para EE.UU.

El FBI no tuvo mucho problema en identificar a los ladrones, gracias a Facebook. Se les puede denunciar por robo y tráfico ilícito de bienes robados.

Se desconoce el volumen de su producción de falsos. Desde el escándalo de los Basquiat y el Museo de Arte de Orlando, se sospecha que estuvo implicado parcialmente en su comercialización.

El registro más importante sigue siendo el de Art Loss Register (ARL) contiene la base de datos privada más grande del mundo de arte, antigüedades y objetos de colección perdidos, robados y saqueados, y actualmente incluye más de 700.000 artículos

Ambas aplicaciones han sido testadas por Pecados del Arte. La de INTERPOL ofrece información local. La norteamericana es de difícil descarga fuera de Estados Unidos.

El imputado se olvidó de quitar una etiqueta de FedEx dirigida a su nombre del reverso del cartón empleado para una de las falsificaciones.

El tráfico ilícito de documentos históricos en Iberoamérica es muy común y constante y se producen principalmente en archivos oficiales y museos, en unos entornos de corrupción administrativa y funcionarial muy arraigados.

Estas obras podrían haber llegado a Europa y pasar desapercibidas y comercializadas en el Segundo Mercado al tratarse de obra gráfica.